Muchas veces los padres se quejan de que sus hijos no les obedecen o que tienen que repetir las cosas muchas veces y no hacen caso y han de insistir en ello e incluso llegan a enfadarse por este motivo. Hasta que llegan a un punto que ya no saben lo que hacer.
Esta situación suele ser frecuente en las casas y ocurre muchas veces: peleas entre hermanos, malas contestaciones, no se quiere ir a dormir, no se quiere vestir solo o le repetirnos mil veces que se vaya a duchar entre otras…
La desobediencia es una negativa a hacer alguna cosa que se nos ha pedido en un periodo de tiempo limitado o/y a seguir una serie de normas establecidas ya sean padres, profesorado u otras personas con el fin que el funcionamiento de la escuela o casa sea el correcto.
¿POR QUÉ NO OBEDECE NUESTRO HIJO/A?
Habría innumerables motivos por los que los niños no obedecen, algunas de ellas serían:
- Para llamar la atención: un niño puede ser desobediente para que sus padres le presten más atención.
- Se muestra inseguro
- Puede ser por mostrar celos, a veces hay diversas situaciones que generan celos como puede ser el nacimiento de un hermano y pueden realizar conductas negativas para de llamar la atención de sus padres para que tengan y pasen más tiempo con él ya que la llegada de un hermano implica la pérdida de atención de tenía anteriormente.
- Algunos niños no sabe esperar ya que son inmaduros y han de aprender aun a guardar su turno.
- Sobre los 2-3 años es normal que los niños tengan conductas oposicionistas ya que es una edad en la que los niños ponen a prueba la autoridad de sus padres.
- Pero sobre todo, la más importante y la más frecuente es: porque lo que les pedimos que hagan es un rollo y tienen que dejar de hacer algo que les gusta para hacer algo que no les gusta (a nosotros también nos pasa!).
Normalmente cuando una conducta se aprende suele ser porque su conducta tiene consecuencias positivas, por ejemplo adquirir la atención de los padres que solo se le da cuando se comporta mal o no se hace caso y no cuando el niño se porta bien.
Es decir, los niños aprenden a ser obedientes dependiendo de los estímulos que les ofrecen los adultos y de cómo estos reaccionan frente a su conducta.
Por esto es muy importante valorar y tener en cuenta todas las conductas correctas y no solo las negativas. Si solo se le presta atención cuando se porta incorrectamente nuestro hijo tiene así un gran reforzador para seguir comportándose mal.
Al tratar de modificar la conducta es muy importante analizar tanto la conducta y el comportamiento del niño como el de los adultos.
LOS PASOS PARA MODIFICAR LA CONDUCTA SERÍAN:
Cuando nuestro hijo no se comporte como nosotros queremos hemos de:
Si llegados al último paso, sigue sin obedecernos, cosa que ocurrirá pocas veces, entonces tendremos que usar otras técnicas:
- Retirar la atención, es decir, no ofrecerle nuestra atención ni hablarle si no nos desobedece. Si nos es muy complicado, podemos salir de la habitación. Y una vez la conducta de desobediencia finaliza volverle a ofrecer nuestra atención (mirarle, hablarle)
- A la vez, se ha de reforzar todas las conductas correctas que realice su hijo de manera sistemática, ya sea de manera verbal o si hiciera falta en forma de premio.
- Por otro lado, si la extinción o retirada de atención no fuera suficiente se podría tener alguna consecuencia negativa, como la retirada de actividades que les gusten como puede ser: ver la televisión, jugar con el ordenador o tablet o retirarle los juguetes.
Es importante resaltar que, en un principio generalmente, suele aumentar la frecuencia y la cantidad de la conducta desobediente si seguimos estas pautas ya que los niños están acostumbrados a que así suelen conseguir lo que quieren pero si perseveramos y somos constantes, posteriormente la conducta disminuirá.
AL DAR INSTRUCCIONES Y ÓRDENES SE HA DE TENER EN CUENTA:
- Han de ser frases que los niños puedan entender.
- Las ordenes han de ser claras, cortas y específicas
- Se han de dar de una en una.
- No deben contradecirse unas con otras
ESTRATEGIAS PARA QUE NUESTRO HIJO/A SE PORTE BIEN:
– Sorpréndelos cuando se porten bien. Mostrar interés, alabar, reconocer y felicitar cada vez que vemos que nuestro hijo se porta bien, como por ejemplo cuando está tranquilo o cuando está con su hermano sin pelearse o está comiendo bien sentado.
– Reconocer cualquier mejora aunque sea pequeña. Es imposible pasar de una mala a una buena conducta, pero si nos fijamos veremos que suelen haber pequeñas mejorías y estas también las hemos de reconocer, así el niño se motivará a continuar mejorando.
– Presentar alternativas para que su hijo pueda elegir. En vez de ordenar a que haga una determinada tarea se le pueden ofrecer dos alternativas y así él elegirá cual y lo hará de forma más contenta. Por ejemplo si queremos que haga los deberes podemos preguntarle, ¿quieres hacer los deberes antes o después de merendar?
– Utilizar la distracción. Cuando nuestro hijo tiene comportamiento de oposición lo mejor es no realizar ordenes explícitas y directas. Por ejemplo, si queremos que se vista lo mejor sería decirle, ¿qué cuento quieres que te explique mientras te vistes para salir a la calle?
Más adelante y cuando esto esté resuelto y nuestro hijo sea bastante obediente sabrá hacer las cosas y poco a poco la convivencia familiar será más pacífica y armoniosa. Recuerda que la mayoría de niños no hacen caso a la primera!
Algunos consejos son buenos pero estoy totalmente en desacuerdo con premiar o alabar a nuestro hijo por cada pequeña cosa buena que haga, ya que eso el creara una falsa realidad del mundo, sobre todo cuando vaya a laborar donde todos sabemos que así hagas algo bien, casi siempre no habrá alguien que te felicite por eso, lo que si hay que enseñarles es que no importa si nadie le reconoce una buena acción lo importante es que el como persona se sienta satisfecho y que es lo correcto. =)
Totalmente de acuerdo! Lo correcto es hacer el bien siempre.
Creo que es importante el reconocer conductas positivas en los niños, pero con criterio. Debe ser un proceso en el que los refuerzos deberán ir disminuyendo poco a poco, hasta que el niño vaya introyectando comportamientos adecuados y se convierta en un hábito el seguimiento de indicaciones y normas.
Para mí creo que los hijos deberían
Hacer es la voluntad para que nuestros hijos hagan más caso y que obedezcan con esfuerzo y voluntad todo se puede lograr
Muy interesante el articulo, muchas gracias. Yo trabajo mucho con mi hijo la educación en positivo. Y dialogo mucho con él. Efectivamente mi hijo es de los que no obedece porque anda distraído disfrutando de la vida. Pero cuando hay que ir a comer, lavarse las manos los dientes, etc…Es complicado que deje de hacer lo que le encanta para hacer algo que no le interesa. Lo que mejor se me dá es decirle que me mire, ponerme a su altura y hablarle de manera directa para que me haga caso a la primera. Una vez le doy la orden y me dice que me ha escuchado, en un 50% de veces viene y hace lo que le pido. cuando lo hace efectivamente no le refuerzo en positivo el haber obedecido. A mi no me educaron así, y me cuesta cambiar el chip, aunque trabajo en ello. Pero cuando he tenido que volver a darle la orden otras 5 veces, ya estoy un poco frustrada por no decir cabreada. Así que probaré el refuerzo emocional y positivo, ya que a él le encanta que le diga lo bien que lo ha hecho cuando lo hace bien. qué tontería no hacerlo en cosas que son taaaaannn importantes para nosotras. Gracias!