Hace unos dos años, en una de las charlas que doy en los colegios, pedí que preguntaran a los padres sobre qué temas les gustaría que les hablara y que me pasaran un listado. Mi sorpresa fue que me pidieron que hablara sobre emociones. Era la primera vez que este tema salía en los listados. Y es que los padres estamos muy preocupados en hacer que mi hijo o mi hija se porte bien, que coma bien, que estudie, que respete a los mayores, etc… pero no prestamos demasiada atención a que se sienta bien.
Ahora empieza a haber un creciente interés tanto por las escuelas como los padres en educar a nuestros hijos en emociones y es que como decía Goleman “en la mayoría de los casos el CI parece aportar sólo un 20% de los factores del éxito”. Goleman, el padre del concepto de inteligencia emocional, defendía que tenemos dos cerebros el que piensa y el que siente y que el segundo es más determinante para el éxito.
Con esto no quiero decir que haya que dejar de prestar atención a todo los demás, ni mucho menos, porque son cosas muy importantes también, pero debemos añadir al listado la GESTIÓN DE EMOCIONES. Y es que un niño/a que se siente bien se porta bien.
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Nuestra generación no ha tenido una educación que se fijara en las emociones, ni en la escuela ni en casa. Por lo tanto, es normal que tengamos ciertos problemas con nuestras propias emociones y que no sepamos ni como empezar a ayudar a nuestros hijos en este sentido.
Las emociones son básicas para nuestro comportamiento y para nuestro autoconocimiento. La emoción te prepara para la acción.
DEFINICIÓN DE EMOCIÓN
Una emoción es una reacción psicofisiológica que aparece delante de un estímulo que es importante para mí, una situación, un lugar, la reacción de otra persona, etc…
A nivel psicológico la emoción altera la atención y la memoria. A nivel fisiológico se organizar respuestas rápidas activando el sistema endocrino y el sistema nervioso autónomo preparándose para dar una respuesta.
Nos ayudan a entender el mundo y a nosotros mismos.
Las emociones se dividen en:
- EMOCIONES PRIMARIAS son con las que nacemos. Su función es la supervivencia de la especie. Son felicidad, ira, miedo, tristeza y asco.
- EMOCIONES SECUNDARIAS aparecen entre los 2 y los 12 años. Involucran la autoestima y el sentido de justicia. Son orgullo, vergüenza, estrés, celos, culpa y envidia.
- EMOCIONES AMBIGUAS aparecen sobre los 10 años. Ayudan a reconducir las acciones. Son sorpresa, esperanza y compasión.
Todas las emociones cumplen una función y aunque muchas veces hablamos de emociones positivas y negativas, todas las emociones son buenas. Las positivas son las que nos hacen sentir bien y las negativas las que nos hacen sentir mal y las que peor fama tienen. En cambio, su función es esencial: la tristeza nos invita al recogimiento y a buscar consuelo, la ira nos ayuda a defendernos y el miedo nos protege de algún peligro.
¿ CÓMO SE GESTIONA BIEN UNA EMOCIÓN?
Es una buena pregunta. Porque antes de enseñar a mi hijo o a mi hija a gestionar bien las emociones, debo saber exactamente qué es una emoción bien gestionada, ¿no?
Pues bien, lo primero que debo hacer es reconocer que estoy sintiendo una emoción y mirar qué es. Ponerle NOMBRE.
“Estoy triste porque me han dado una mala noticia en el trabajo”. Ya lo tengo TRISTEZA. Las emociones suelen sentirse en el cuerpo, o sea que un buen ejercicio es ver dónde la estoy sintiendo. Localizarla EN EL CUERPO.
No lucho contra la emoción, no la reprimo, ni la ignoro, ni me enfado conmigo mismo por sentirla. LA ACEPTO. Y me permito sentirla.
Y por último LA DEJO IR. Esto a veces es muy complicado, sobre todo, con las emociones negativas. Muchas veces necesitaré consuelo en alguien (para la tristeza) o alguna técnica de respiración (para la ira).
Si crees que necesitas ayuda para gestionar tus propias emociones, te recomiendo el libro “Lo bueno de tener un mal día” de Anabel González.
¿CÓMO AYUDAR A MIS HIJOS A GESTIONAR BIEN LAS EMOCIONES?
· AYUDA A IDENTIFICARLAS
Es el PONERLE NOMBRE. Cuando tu hijo/a se enfade porque no os quedáis más rato en el parque le dices “entiendo que estés enfadada pero no podemos quedarnos más”
Podemos también utilizar cuentos que hablen de las emociones. Hay muchos y muy buenos: El monstruo de colores, el gran libro de los superpoderes y después hay libros que trabajan emociones concretas como el enfado o el miedo.
Los cuentos son la mejor manera de enseñar a identificar las emociones en niños pequeños. Pero no la única. También podemos pedirle que nos diga la cosa del día que le ha hecho más feliz y la cosa del día que le ha puesto más triste. Le ayudamos a reflexionar sobre lo que siente durante el día.
También debemos ayudarles a localizarla en el cuerpo. Para que conecten más con la emoción que están sintiendo. Podemos decirles incluso que les pongan un color.
Cierra los ojos y dime:
¿En qué parte de tu cuerpo la sientes? ¿Y de qué color es?
· FOMENTA LA EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES
Nosotros estamos más educados en reprimirlas. ¿Cuántas veces nos han dicho, no llores? Y ¿cuántas veces nos hemos sorprendido diciéndoles lo mismo a nuestros hijos?
Las emociones no hay que reprimirlas, hay que expresarlas, dejar que salgan, que fluyan. Una emoción nace, crece, se expresa y desaparece.
Debemos permitirnos sentirla y también debemos permitir que nuestros hijos lo hagan. No hay que juzgarlas, castigarlas ni cortarlas. Si nuestro hijo/a tiene una rabieta y llora, no juzgo la rabieta y no la castigo. Espero a que pase, le pongo nombre a lo que ha sentido y el porqué lo ha sentido y le ayudo a autorregularse. Podéis ver más sobre las rabietas.
Otra manera de fomentar la expresión de las emociones en casa es justamente expresándolas, nosotros somos modelos de conducta y si hablamos libremente de lo que sentimos, nuestros hijos entenderán que de esto se puede hablar en casa.
No debemos demonizar a las emociones negativas “ya eres mayor y no deberías tener miedo”. Como si sentir emociones negativas fuera malo o signo de inmadurez o debilidad. Las emociones tienen una función y todas son buenas.
· AYÚDALE A REGULARLAS
Si bien una emoción debe expresarse y no debe reprimirse ni cortarse, tampoco puede durar un día entero. Por ejemplo, el enfado que siente por no haberse quedado jugando en el parque no debería durar toda la tarde.
Los niños tienen dificultad en autorregularse, porque su cerebro es todavía inmaduro y las partes prefrontales que están implicadas en la regulación de las emociones no se han desarrollado. Por lo tanto, nuestro trabajo aquí es importante.
Les podemos ayudar con técnicas de respiración, con propuesta de actividades divertidas para cambiar su foco de atención, con un abrazo.
Algunos ejemplos:
TRISTEZA: abrazo. Darles un abrazo u ofrecerles un peluche para que lo abracen.
ENFADO Y RABIA: respiración. Coge aire hasta que se infle tu barriguita, aguanta contando hasta tres y suéltalo poco a poco. Propuesta de un juego alternativo sobre todo que sea de moverse.
MIEDO: cuéntale cuando tu también tenías miedo. Acompáñale, pon una luz en la habitación, etc…
Si nosotros les ayudamos a regularlas, fomentamos la autorregulación que tendrá de adulto.
· ACEPTA LA EMOCIÓN
Hay que aceptar lo que siento, sin juzgarlo. Hay que escucharlos porque nos va a dar mucha información sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos. Por lo tanto, voy a respetar cualquier emoción que sienta mi hijo o mi hija. Sin hacerle sentirse mal por ello.
Las emociones son buenas y deben estar permitidas en casa. Todas, sin excepción. Hay familias donde no se permite expresar tristeza, no se llora delante de los demás ni se abraza cuando alguien está triste. Los niños aprenden pronto a esconder esta emoción cuando la sienten. Y de adultos les cuesta conectar con su tristeza.
Por eso es importante dejar que las emociones se expresen y se acepten, sin excepción. En casa se permite sentir libremente y decirlo en voz alta. Nadie te juzgará por ello ni te hará sentir mal o inferior o infantil.
Se habla de emociones cuando vemos películas, cuando leemos cuentos, cuando pasa algo en la familia que nos afecta y nos hace sentir emociones, etc… Si yo fomento una comunicación donde tienen cabida las emociones ya estoy dando permiso para que todos expresen lo que sienten.
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