No todos los niños afectados de trastorno de espectro autista (TEA) manifiestan la misma sintomatología, pero sí existen aquellos síntomas más típicos o frecuentes que según la etapa de desarrollo pueden darse de forma pasajera o de forma crónica.
Haciendo un breve repaso sobre la capacidad atencional y perceptiva de los niños con TEA, el trastorno del espectro autista está relacionado a características muy específicas del procesamiento de la percepción. El inmenso abanico de diversidad que engloba el trastorno y la singularidad con la que perciben el mundo viene determinada por las dificultades asociadas a los canales sensoriales.
En cuanto a la percepción, el autista Dietmar Zöller afirma “Quien entiende porqué soy así y no me puedo comportar de otra forma, no me puede hacer ninguna injusticia más. De hecho, tiene razones para decir que destacamos o que desarrollamos hábitos extraños. Nuestros cerebros funcionan de forma diferente y por ello respondemos de forma tan peculiar”.
La vista resulta ser uno de los sentidos más desarrollados junto con el olfato. Poseen una aguda memoria fotográfica y debido a su hipersensibilidad, sus reacciones pueden llevar a suponer que evitan la relación emocional y comunicativa.
Los niños con TEA presentan dificultades a la hora de comunicarse y de procesar la información que reciben por parte de su entorno o de una interacción social. La mayoría de niños evitan el contacto visual por tal de no recibir una sobrecarga de información sensorial. No obstante, actualmente no resulta una particularidad para definirla como criterio diagnóstico generalizable.
Por otro lado, puede resultar complicado poder establecer una interacción con un niño TEA dada su hipersensibilidad auditiva, en alguno de los casos. A menudo evitan recibir un exceso de información y ello hace que se observe un nivel de desconexión realmente elevado lo que conlleva que solo una parte del mensaje llegue a ser interiorizado. Esto provoca un claro impedimento en la voluntad de comunicación entre las personas que le rodean y en definitiva, su entorno.
La atención en niños con TEA
Por atención entendemos la capacidad que nos permite seleccionar la información importante y mantenerla hasta alcanzar nuestra prioridad, además de ser una función básica en el desarrollo del aprendizaje y en varios procesos cognitivos.
Según Sholberg y Mateer, en su modelo jerárquico sobre la atención, los niños con un diagnóstico de TEA muestran dificultades en atención focalizada y selectiva si los comparamos con individuos de la misma edad, nivel de inteligencia y de desarrollo lingüístico.
Respecto al procesamiento de estímulos sociales y en situaciones en las que se establece una interacción social, la atención focalizada y selectiva en el niño con TEA puede presentar dificultades o inflexibilidad comparándolo con lo estipulado socialmente o considerado correcto.
Debemos de hacer especial hincapié que para entender la interacción social de los niños con TEA, la atención conjunta será un factor clave.
Entendemos por atención conjunta la habilidad de responder en dirección a la mirada del otro con el objetivo de comunicarnos y a su vez, a la iniciativa por parte del niño en la búsqueda de atención de su persona de referencia (señalar, mostrar o contacto ocular).
Un niño con TEA puede utilizar algunas técnicas de señalamiento o de instrumentalización del referente paterno con el objetivo de tener el objeto deseado y no con finalidad social, es decir, se vuelve más una acción imperativa. Este suele ser un signo de alarma en los primeros 15 meses de vida del niño, el cual no desarrolla dicha atención conjunta, no utilizando la dirección de la mirada, compartiéndola entre el objeto deseado y el adulto o persona de referencia.
No obstante, la atención conjunta puede darse en un desarrollo cognitivo y/o lingüístico posterior, sobre todo a nivel de comprensión oral.
¿Cómo podemos mejorar la atención en casa?
- Ponernos detrás de una tela o sábana y llamarle por su nombre. También podemos hacer diferentes sonidos y esperar que nos mire. Una vez nos mira, bajamos la sábana o tela. Un ejemplo, puede ser el cu-cu trás. Esto también nos ayudará a fomentar la atención conjunta.
- Podemos jugar a disfrazarnos, ponernos pelucas, sombreros, gafas, etc., que capten su atención. De esta manera también podemos trabajar la aproximación poco a poco a estímulos relacionados con gestos y rostro y mantener el contacto ocular funcional.
- Podemos pintar de manera conjunta. Podemos realizar una pequeña secuencia de 3 a 5 colores y con nuestra ayuda guiarle en la copia del modelo.
- Podemos utilizar pompas de jabón o globos. Lo inflamos o soplamos y repetimos secuencias como «preparados, listos, ¡ya!» o «1, 2 y… ¡3!» Es importante esperar a que él nos pida seguir o repetir la acción. A veces, cuando el niño no responde a su nombre podemos intentar captar su atención desde un ángulo donde no podamos ser vistos directamente, provocando captar su atención hacia nosotros. Volvemos a trabajar la atención conjunta.
- Podemos utilizar pequeños instrumentos e invitarles a copiar la secuencia que hayamos emitido. Por ejemplo, cascabeles, maracas, xilófono, pandereta…
- Delante de un espejo podemos exagerar a través de mímica diferentes expresiones faciales, de esta manera también podemos trabajar las emociones. También podemos exagerar la mímica corporal y variar el tono de voz.
Es importante que estas actividades se realicen a la altura del niño y posicionados frente a él. No abusar del lenguaje verbal y utilizar más la guía física.
Después de la actividad podemos ayudar a su finalización creando un ambiente relajante. Puede ayudarnos leer un cuento, un baño, escuchar música, masajes con plumas…
Resulta un tiempo de juego y de compartir momentos con él, por ello debemos disfrutarlo, no ponernos metas u objetivos poco realistas, no debemos ser exigentes ni generar grandes expectativas. Las actividades serán cortas y motivadoras, debemos olvidar plantearnos que el niño permanezca con una atención sostenida largos periodos de tiempo, pues acabaremos frustrados.
Buscamos pasar un rato y experiencia de calidad y no de cantidad, en el que ayudaremos a mejorar su capacidad atencional y perceptiva.
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