Centro de Psicología y Logopedia Santa Coloma de Gramenet
Usted está aquí: Inicio/Blog/ ¿ERES PERFECCIONISTA? ¿QUIERES DEJAR DE SERLO? DESCUBRE LAS CLAVES PARA CONSEGUIRLO
¿ERES PERFECCIONISTA? ¿QUIERES DEJAR DE SERLO? DESCUBRE LAS CLAVES PARA CONSEGUIRLO
Por Mireia Navarro Vera
¿Cuándo haces algo te preocupa mucho equivocarte?
¿No toleras una crítica porque no te permites tener fallos?
¿Quieres hacerlo todo a la perfección y dedicas mucho tiempo a mirar bien los detalles?
¿Tardas mucho rato en enviar un mail porque lo revisas hasta la saciedad?
En los últimos años, he visto crecer el número de personas perfeccionistas que pasan por mi consulta. Este post va dedicado a todos y cada uno de ellos, así que si lo leéis, oiréis frases que siempre decíamos en terapia 😉
Y no me extraña nada que cada vez seamos más, en una sociedad que prima la perfección: cuerpos perfectos, padres perfectos, niños perfectos y quietos,… Todos vivimos bajo esta presión.
Si a esto le sumamos una pizca de inseguridad, un puñadito de miedo a cometer errores y 100 gramos de baja autoestima, tenemos la receta perfecta para el pastel.
El perfeccionista considera que es un fracaso cometer un error o no hacer las cosas como se ha propuesto. Pero lo que no sabe es que su listón siempre está demasiado alto. Su nivel de exigencia es enorme y la vara que usa para medir a los demás no es la misma que usa para medirse a sí mismo. Es injusto consigo mismo, son tan altas sus expectativas que rara vez siente que ha estado a la altura. Esta incapacidad para autoreforzarse por un trabajo bien hecho, esta incapacidad para sentirse satisfecho es la que poco a poco va mermando su autoestima.
Es un pez que se muerde la cola, cuanto más perfeccionista soy, más exigente y menor probabilidad de cumplir mis expectativas y por lo tanto resto puntos a mi autoestima en vez de sumarlos. A menos autoestima, más inseguridad y más exigencia y así ya hemos caído en el círculo.
BENEFICIOS DE DEJAR DE SER PERFECCIONISTA:
Mejorará tu salud física y sobre todo la mental
Te sentirás más satisfech@ contig@ mism@
Sentirás más confianza y seguridad
Optimizarás tu tiempo
Disfrutarás por fin de no hacer nada productivo sin sentir que es una pérdida de tiempo
Dejarás de ser tan exigente con los demás mejorando así tus relaciones personales
Mejorarás tu autoestima
CLAVES PARA CONSEGUIRLO
Entiende de una vez que la perfección no existe
Estás luchando por conseguir algo que no alcanzarás porque no existe. Por mucho que repases el mail una y otra vez, por mucho que te fijes en los detalles…alguna vez fallarás y te sentirás fatal por ello porque dedicaste tantísimo tiempo que no es justo que falles como lo hacen los demás (que envían un mail en menos de medio minuto).
Cuando entiendas al fin que nadie es perfecto, entenderás que no hace falta ser perfecto para ser bueno en algo.
No le puedes gustar a todo el mundo
No sigas así, no sigas intentando caerle bien a todo el mundo, o hacer la fiesta de cumpleañosperfecta para todos los invitados, o el regalo perfecto porque no existe. Siempre habrá a alguien que no le gustarás y no pasará nada porque probablemente a tí tampoco te gusta. No puedes hacer una fiesta perfecta, siempre habrá alguien que se queje por algo y el regalo perfecto no existe.
Interioriza esto: no necesito gustarle a todos, solo necesito gustarme a mí mismo. Mucho más fácil así, ¿no?
Rebaja tus expectativas
Siempre pensarás que puedes hacer más de lo que realmente puedes. Te cargarás de trabajo que al final acabarás a costa de tu salud. También te pondrás un nivel listón demasiado alto o casi inalcanzable al que pocas veces llegarás, te frustrarás y te sentirás fracasado cuando al final el resultado ha sido buenísimo y todo el mundo te felicita, pero tú seguirás sintiendo que no llegaste. El error es que la expectativa era demasiado alta, porque la realidad es que tu trabajo ha sido excelente.
¡Qué pena que no puedas disfrutar de tus éxitos!
Limita el tiempo que dedicas a tus tareas
No revises un mail más de una o dos veces, no debes perder el tiempo en eso. Ni repases el texto mil veces, ni te fijes tanto en los detalles que nadie va a ver. Tienes que ser productivo, también es importante que te quede tiempo para vivir.
Define bien lo que te piden (tu jefe o tu cliente o quién sea) no intentes dar siempre más de lo que piden, porque puedes encontrarte que alguien te diga: “esto no es lo que yo te pedí”.
Rebaja tu exigencia
Nadie te dijo que debías ser la madre perfecta, el hijo perfecto, el mejor amigo…Nadie espera tanto de ti como tú mismo. Te exiges tanto que no tienes tiempo para nada más. Aplica siempre que puedas esta regla: si para mí de 0 a 10, esto es un 5 para el resto del mundo será un 10, por lo tanto voy a empezar a conformarme con un 5.
No podrás dar siempre el 100% de ti.
No pienses, haz
Es tanta la necesidad de controlarlo todo, que planeas las cosas al dedillo. Nada puede salir mal y eso requiere mucho tiempo y dedicación: planear un viaje o elegir una marca de café puede ser toda una odisea. Tomar una decisión puede ser como realizar un salto mortal, llenas tu cabeza de “Y sis”
Y si elijo A y resulta que es mejor B
Y si elijo B y resulta que es mejor C
Y así, vas dedicando horas, días y semanas a tomar una decisión que nunca sabrás si era o no la mejor.
7. Olvídate del todo o nada
O lo hago perfecto o no lo hago. O me dedico al 100% o no me dedico. Este pensamientoinflexible y dicotómico va a hacer que te pierdas muchas cosas. Existen los grises y son igual de válidos que el blanco y el negro. Puedes correr para disfrutarlo y no solo para prepararte un maratón. Descubrirás que puedes hacer muchas cosas con la única finalidad de hacerlas sin más.
CONCLUSIONES
En fin, no hay nada que te de más sensación de fracaso que un hiperdesarrollado sentido de la perfección.
La buena noticia es que ser perfeccionista no es malo, solo necesitas equilibrarlo para sacarle todo el provecho. Si consigues bajar el nivel de exigencia, entender que no estás obligado a gustarle a todo el mundo ni a hacerlo todo perfecto, puedes convertirte en un crack. Si dejas de ponerte el listón tan alto y empiezas a alcanzar tus objetivos, verás como tu autoestima te sonríe y tu capacidad de disfrute crece. Puedes conseguirlo, si hay algo que un perfeccionista puede hacer es no parar hasta alcanzar un reto. Yo lo conseguí 😉
Psicóloga de profesión y vocación (núm. colegiada 10631 del COPC). Con más de 20 años de experiencia en psicología clínica de adultos. Especialista en terapia de pareja y sexualidad.
Fundadora y directora del Teu Espai.
Deja una respuesta