¿Eres una persona que le da muchas vueltas a las cosas? ¿Te tomas muy a pecho comentarios
o hechos que a los demás no les afectan? ¿Lloras a menudo? ¿Te molestan profundamente
algunos tejidos, olores, ruidos? ¿Te sientes conmovido por el arte, la naturaleza…? Quizá seas
una persona altamente sensible.
Según Elaine Aron, psicóloga e investigadora que ha profundizado y escrito por primera vez sobre este tema, la alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad que afecta aproximadamente al 20% – 30% de la población en proporción igualitaria de hombres y mujeres. Es un rasgo con el que se nace y mayoritariamente hereditario. Las personas altamente sensibles (conocidas por el acrónimo PAS) nacen y conviven toda su vida con ello por lo que no estaríamos hablando de ningún síndrome ni patología. Podríamos decir que es una manera de ser.
Características de una persona PAS
El hecho de que cumplamos alguna de las características de las que hablábamos anteriormente no significa que seamos PAS. Para Aron, la persona altamente sensible debe cumplir obligatoriamente las siguientes características:
- Profundidad de procesamiento
- Elevado grado de empatía
- Sensibilidad a los detalles y estímulos sensoriales
- Sobreestimulación o saturación
El sistema nervioso de estas personas procesa la información de una manera mucho más rápida y más profunda, por lo que reciben una mayor cantidad de estímulos, necesarios o no, de una manera involuntaria. Esto los lleva a reflexionar profundamente sobre todo lo que les ocurre, sienten y perciben, y puede hacérseles realmente agotador. De la misma manera necesitan de esta información para sentirse seguros en un nuevo entorno. Son grandes observadores a los que les cuesta las nuevas situaciones y relaciones. A veces se confunde con timidez, y aunque la mayoría son personas introvertidas, el 30% de los PAS son extrovertidos. En otros casos se ha llegado a confundir con algunos trastornos leves dentro del espectro autista (sobre todo en la primera infancia) y de fobia social (en adolescentes y adultos). Nada más lejos. El hecho de que las personas altamente sensibles se sientan más cómodas en entornos conocidos, con poca gente y con un bajo nivel de estímulos, es para restringir ese torrente de información sensorial y emocional que reciben y que les agota. En ocasiones necesitan aislarse para regular su sistema nervioso.
¿Cómo son las personas altamente sensibles o PAS?
Al tener una mayor conciencia de sus emociones las sienten muy intensamente. También sienten y se dan cuenta de las emociones de los demás y pueden ponerse en su lugar fácilmente. Tienen una gran empatía (se ha demostrado que hay una mayor actividad de las neuronas espejo). Esto puede llevarlos a poner las necesidades de los demás por delante de las suyas y a frustrarse enormemente cuando no son correspondidas.
Al recibir los neurotransmisores una mayor cantidad de estímulos sensoriales que envían como información al cerebro, se dan cuenta de detalles que para el resto pasan inadvertidos, aunque morfológicamente sus órganos sensoriales sean iguales al resto. El cambio de perfume de un amigo, distinguir qué vino se está tomando por su sabor, saber quién ha estado en una habitación sin haberlo visto por el olor, son situaciones comunes cuando estamos con un PAS.
Ocurre lo mismo con la intuición. Pueden saber el estado emocional de una persona sin necesidad de que la misma les explique. No es magia. Es debido a la cantidad de detalle almacenado previamente por su cerebro sobre la persona en cuestión (gestos, entonación de las frases, etc.).
Este nivel de detalle también lo llevan a su manera personal de funcionar. Son tremendamente meticulosos, autoexigentes y perfeccionistas al tener una mayor capacidad para ver el error o lo mejorable. Esto les hace ser personas muy valoradas, especialmente en el entorno laboral. En este aspecto, aunque pueden desarrollar cualquier tipo de actividad, suelen orientarse a sectores relacionados con la creatividad (escritores, actores, músicos…) y a la ayuda a los demás (médicos, enfermeras, terapeutas…).
Tienen un alto concepto de la justicia y les afectan profundamente las situaciones que ellos consideran injustas. Es fácil que se impliquen en ONGs o en acciones de voluntariado.
Como hemos visto antes, este elevado flujo de recepción y procesamiento profundo de la información los lleva a situaciones de agotamiento físico y mental. Para volver a encontrar su equilibrio y regularse necesitan aislarse. Este hecho les puede hacer más susceptibles de padecer estrés y ansiedad, incluso pueden llegar a somatizar o a desarrollar enfermedades autoinmunes, si no son conscientes de esta necesidad de auto regulación. Es muy importante que conozcan cuales son las señales que les envía su cuerpo en determinadas situaciones para que puedan reconocerlas y actúen antes de que las consecuencias sean mayores.
La alta sensibilidad en la infancia
Como hemos comentado al inicio de este artículo la alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad con el que se nace. Identificar este rasgo desde la infancia es vital para poder abordar la crianza y enseñanza de estos niños desde una perspectiva adecuada a sus necesidades y conseguir una infancia, adolescencia y vida adulta más satisfactoria, estable y saludable. Los niños altamente sensibles serán adultos PAS. De hecho, gran parte de los problemas de salud mental en los adultos altamente sensibles se deben a infancias marcadas por la incomprensión debido al desconocimiento de su entorno respecto a su condición. Veamos cómo son los niños altamente sensibles (NAS).
Además de cumplir las cuatro características básicas que hemos mencionado, los niños altamente sensibles son niños con un gran mundo interior, una gran curiosidad por su entorno ya desde la primera infancia, grandes observadores, que preguntan y reflexionan de una manera mucho más madura que los niños de su edad. También utilizan un vocabulario más elaborado. Usan y entienden las ironías y los dobles sentidos. Ante nuevas situaciones pueden mostrarse reticentes, quietos, callados y observadores, sufren ante la injusticia y se dan cuenta de los cambios en su estado de ánimo y en el de los demás. También se dan cuenta de los cambios en el entorno por pequeños que sean. Ante situaciones de mucha estimulación ambiental se vuelven irritables y muy nerviosos. Esto nos indica que están llegando a su límite de saturación. Es importante darse cuenta de este momento para poder actuar y bajar estímulos o enseñar al niño a hacerlo en un momento dado y no provocar situaciones mayores tales como rabietas, por ejemplo. La soledad buscada es una buena manera de recuperar el equilibrio.
Soy PAS, ¿y ahora qué?
Al ser un rasgo de personalidad minoritario (20-30% de la población) y conocido desde hace relativamente poco tiempo (Aron comienza a hablar de Personas Altamente Sensibles alrededor de los años 90 y no comienza sus estudios hasta años después) no disponemos de test validados de diagnóstico en nuestro país. No obstante, disponemos de dos test de autoevaluación que, si bien no están validados, pueden ponernos sobre la pista. Uno es el de Elaine N. Aron que podemos encontrar en su libro “El Don de la Sensibilidad” y otro es el test de evaluación de la Asociación de Profesionales de la Alta Sensibilidad (APAS). En este último encontramos también un test para niños. Actualmente también existen en nuestro país profesionales especializados en la alta sensibilidad que pueden ayudarnos a identificar y gestionar este rasgo de la personalidad.
La noticia suele recibirse de manera positiva. Es un alivio saber que esa manera de ser tan intensa tiene una explicación, que no son los únicos y, todavía más importante, que pueden ser ayudados por especialistas a gestionarla, aceptarla y vivirla de una forma más comprensiva y plena.
Tal y como la describe Aron en su libro, la alta sensibilidad es un don. Es cierto que puede provocar sufrimiento si no sabemos gestionarla, pero bien entendida, trabajada, adaptada y encauzada, nos lleva a vivir la vida sintiéndola en toda su plenitud. Con momentos malos, es verdad, pero sintiendo con la misma intensidad los buenos también. De una forma que la mayoría no es capaz de sentir.
Notas
- Elain Aron, El don de la sensibilidad, 2006, Ediciones Obelisco.
- Anna Romeu, Sóc sensible. Aprendre a conviure amb l’alta sensibilitat, 2022, Rosa dels
vents - Harper, W. (Director). (2015). SENSIBLE. La historia no contada, 2015. [Documental]. 63
min
Páginas web investigación PAS:
Test:
- https://pasespana.com/test-personas-altamente-sensibles
- https://pasespana.com/test-ninos-altamente-sensibles
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