Aproximadamente 1 de cada 5 adolescentes sufre de depresión y se da más en mujeres que en hombres 2:1. Los cambios emocionales son frecuentes en la adolescencia, pueden estar tristes y enseguida pasar a estar contentos y animados. También es normal que se aíslen de la familia.
¿Cómo puedo saber si mi hijo/a está deprimido?
Hay síntomas que nos pueden hacer pensar que nuestro hijo/a está deprimido, ante ellos, lo mejor es consultarlo con un especialista para que pueda realizar un buen diagnóstico y no confundirlo con los cambios emocionales propios de esta edad.
- Cambios en su pauta de sueño. Se puede dar insomnio (pasa las noches mal y no duerme lo suficiente, o porqué le cuesta mucho dormirse o porqué se levanta muy temprano) o hipersomnia (duerme más horas de lo que dormía habitualmente y no quiere levantarse de la cama)
- También suelen aparecer problemas de apetito. Como con el sueño, puede que coma más de lo habitual o que pierda el apetito, con el consecuente aumento o disminución del peso.
- Como en los niños, suele aparecer irritabilidad y ataques de ira
- Tristeza
- Suelen aparecer quejas somáticas: dolores de cabeza, de estómago…
- Se sienten cansados la mayor parte del día
- No disfrutan de actividades que antes les entusiasmaban
- Falta de concentración y bajo rendimiento escolar
- Deja a los amigos de lado
- Pensamientos suicidas: “estaría mejor muerto” “estaríais mejor sin mi” “ojalá me muriera”…
Los adolescentes, que sufren una depresión, suelen presentar conductas de riesgo (conducir de manera temeraria, realizar hurtos, tener conductas sexuales de riesgo,..). También es frecuente el abuso de alcohol y/o drogas.
Para consultar los síntomas según el DSM-IV, se puede ver en psicología de adultos (clik)
Tratamiento de la depresión
El tratamiento tiene una duración aproximada de unos seis meses. En los casos más graves, se suelen usar también antidepresivos. Es importante utilizar un tratamiento que combine las dos opciones (psicológico y farmacológico) para conseguir mejores resultados y para que no hayan recaídas a largo plazo.
La familia, como en todo proceso terapéutico, es de gran importancia. Se ofrece asesoramiento para saber como actuar en casa y que hacer para ayudar a su hijo/a adolescente.