Los criterios para el diagnóstico del retraso mental son:
- Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio. Se mide mediante el coeficiente intelectual a través de una prueba psicométrica que administrará el psicólogo de manera individual.
- Limitaciones significativas en las habilidades adaptativas. También se pueden medir a través de un test psicológico y entrevistas con la persona y sus familiares. Las habilidades adaptativas son esas habilidades que nos permiten movernos en nuestro entorno de manera eficaz y relacionarnos con nuestros grupos de referencia según nuestra edad cronológica (habilidades sociales, trabajo, ocio, autodirección, uso de los recursos comunitarios, etc..).
- Inicio precoz: antes de los 18 años
Según el resultado del coeficiente intelectual, tendremos un retraso mental más leve o más grave. La clasificación sería:
- Entre 85 y 115: normal.
- Entre 70 y 85: inteligencia límite (esta categoría no aparece en el mismo apartado del DSM-IV TR).
- Entre 70 y 55: Retraso mental leve.
- Entre 54 y 40: RM moderado.
- Entre 39 y 25: RM severo.
- Menos de 25: RM profundo.
La inteligencia límite es una categoría diagnóstica poco reconocida, pero que abarca un elevado porcentaje de la población con retraso mental. Son personas con un nivel bastante alto de inteligencia, llegando incluso en algunos casos al límite inferior de la normalidad, pero que en las habilidades adaptativas presentan muchos problemas que les imposibilitan llevar una vida normal sin unos soportes especiales. Normalmente no se detectan hasta cursos avanzados de primaria. Les cuesta, pero van pasando de curso. Tienen dificultades en las relaciones con sus compañeros y suelen ser el centro de las burlas de estos. En nuestro centro, contamos con excelentes especialistas en este tipo de discapacidad intelectual. Realizar un buen diagnóstico a tiempo, puede ayudarles a llevar una vida normal. El retraso mental leve, tiene un CI más bajo y mayores dificultades de adaptación. Necesitan más soporte y un entrenamiento adecuado de las habilidades adaptativas. En ambos casos, observamos una gran mejoría con tratamiento psicológico. En las siguientes categorías, las dificultades son mucho mayores y suelen necesitar un soporte mucho más generalizado. La problemática y los tratamientos son distintos y no se suelen tratar en consultas externas.