A finales del siglo XX, y gracias a Seligman, la psicología se dedicó a estudiar fenómenos que hasta entonces habían estado relegados a un segundo plano, tales como la creatividad, la felicidad, la inteligencia emocional,…dando lugar al nacimiento de una corriente psicológica conocida como Psicología Positiva que no es más que focalizar la atención en aspectos positivos y no solo en aspectos patológicos del ser humano.
Esta corriente ha impregnado la Psicología del siglo XXI y como no podía ser menos ha llegado también a la educación, sobre todo en cómo educamos a nuestros hijos.
Tras años de práctica clínica, he oído en incontables ocasiones que el castigo no sirve, que los niños con problemas de conducta son niños que viven constantemente castigados y que justo se consigue el efecto contrario.
Técnicas tan conocidas como la economía de fichas, el refuerzo negativo, el castigo, han dejado de ser eficaces y van ganando terreno técnicas conductuales más positivas.
Pero, ¿qué es el soporte conductual positivo y cómo lo podemos aplicar en la educación de nuestros hijos?
Para lograrlo hay que tener paciencia y ser flexibles para facilitar sus aprendizajes. Darles las herramientas para que formen su identidad y su autoestima. Significa sobre todo, basar la educación en los esfuerzos que hacen, evitando los castigos, evitando los gritos, evitando actuar solo cuando se portan mal y dar siempre preferencia a los refuerzos positivos y a los premios no materiales. Que aprendan a portarse bien por el sentimiento de bienestar que eso les genera.
Cuando usamos técnicas de refuerzo negativo basamos nuestra atención en las cosas que el niño/a hace mal y dejamos de responder a las cosas que hace bien.
Educar en positivo significa usar técnicas como el refuerzo positivo preferiblemente refuerzos naturales, no materiales. Llenando sus días de celebraciones y aplausos, que vean que sus esfuerzos y sus logros son importantes para nosotros. Porque usando técnicas más punitivas acabamos prestando atención solo a las malas conductas y no a las buenas. El castigo no enseña qué conducta es la adecuada, el refuerzo positivo sí.
Lo importante es que los niños se sientan valorados por sus esfuerzos. Las relaciones interpersonales basadas solo en el castigo, provocan malestar emocional, rabia, ira, impotencia y sobre todo la sensación de que hagan lo que hagan, nunca están a la altura, nunca lo hacen bien. En cambio el uso de técnicas más positivas enfocadas en las buenas conductas generan bienestar emocional, ganas de hacer las cosas bien, satisfacción personal y por lo tanto, una mejor autoestima.
Los niños tienen una tendencia innata a querer agradar a sus padres y cuando se portan mal no es para fastidiar, es porque, probablemente, no saben hacerlo de otra manera. Nuestra responsabilidad como padres es enseñarles cómo se hacen las cosas bien y los aprendizajes requieren tiempo y paciencia. Tenemos que aprovechar esta tendencia innata para fomentar el buen comportamiento de nuestros hijos, desde la paciencia, desde los refuerzos positivos enfocados a los esfuerzos y no solo a los logros, desde la tolerancia, la buena gestión de las emociones y nuestro propio ejemplo. Hay que enseñar el respeto, respetando.
Con un ejemplo entenderemos mucho mejor qué quiere decir exactamente educar en positivo:
Los padres de Iván acuden a nuestro Centro para hacernos una consulta:
Iván es un niño de dos años que está aprendiendo a hacer pipí en el orinal. Esta conducta es nueva para él y sus padres quieren hacerlo lo mejor posible.
Al principio, cuando se sienta en el orinal, aunque no haga pipí, los padres se ponen muy contentos y le muestran lo orgullosos que están de él. El primer día que consigue hacer pipí en el orinal, la alegría es inmensa, aplauden, lo abrazan y llaman a la abuela para decírselo. Pero un día se hace pipi encima y sus padres se enfadan un poco. Otro día vuelve a hacerlo y siempre que está jugando y distraído el pipi se le escapa. Es más, sus padres se lo recuerdan y dice que no tiene pero al minuto ya se lo ha vuelto a hacer encima. Lo han probado todo, lo han castigado, le han quitado algún juguete, incluso le han pegado en el culete.
Tras darles unas pautas claras, la conducta cambia radicalmente: los padres de Iván deben entender que ellos son responsables de que su hijo haga pipi en el orinal. Él está aprendiendo y cuando se aprende algo, se cometen errores. Ellos deben estar pendientes de las señales de su hijo que indican que se está haciendo pipi, como el bailoteo o cuando lleva mucho tiempo sin ir. Cuando vean estas señales deben llevarlo al orinal, aunque el niño esté jugando y no quiera, le insistiremos, le diremos que es solo un momento y que después podrá seguir jugando e incluso que se puede llevar el juguete al baño para que vea como hace pipí y es un niño mayor. Lo que sea para que él acceda a ir y hacer pipí en el orinal. Se trata de tener el mayor número de éxitos posibles y reforzarlos mucho (con besitos, compartiendo el éxito con otros familiares, aplaudiendo,…). Cuando se haga pipi encima, no castigaremos la conducta, diremos que no pasa nada que está aprendiendo y que es normal que alguna vez se escape. Lo acompañaremos para que él se cambie y se lave y dejaremos que lleve su ropita sucia al cubo. Sin enfadarnos, sin castigarlo.
Esto es educar en positivo, evitando el castigo y entendiendo que los niños/as están aprendiendo y necesitan nuestra guía para hacerlo bien. Que aprender algo nuevo requiere tiempo y debemos ser pacientes y que nuestro papel como padres es enseñarles lo que está bien y lo que está mal.
Llena sus días de buenos momentos, de muestras de amor, de aplausos de sus buenas conductas y de sus esfuerzos y verás como ellos responden mejor, aprenden antes y son más felices.
Si desea ampliar la información póngase en contacto con nosotros.
Estupendo lo voy a poner en práctica. Me encanta tu post.
Muchas gracias por tu comentario 😉
Muchas felicidades Doctora!!!, bastante útiles sus publicaciones deberían de hacerle publicidad en televisión, lamentablemente las malas amistades y la televisión descomponen a nuestros hijos que deseamos tenerlos bien educados. Bendiciones.
Hace un tiempo yo descubrí la filosofía educativa montessori en la que los castigos no se contemplan como tal. Se pretende que los niños conozcan las consecuencias de sus actos de manera natural sin castigar. Los padres solo nos encargaríamos de hacerle saber al niño cual es la consecuencia natural de su acto, siempre desde el respeto al niño.
Muy bueno
Muchas gracias por su información, en realidad encontré un publicación de esta página en el facebook de mi hermano y estaba buscando como aprender a no gritar a mi hijo porque a menudo lo hago y me siento muy mal pues sé que puedo dañar a este gran ser humano que Dios me ha regalado, así que graciassssss por sus concejos son muy valiosos para todos los padres y deberían dar charlas relacionadas con esto en los colegios de nuestros hijos en todas las edades escolares a ver si logramos a prender algo importante y seremos mejores seres humanos para este planeta.
Muy buen artículo Mireia, muy en la línea de lo que suelo pensar y escribir en http://www.mamapsicologainfantil.com. Fijarnos en todo aquello que hacen mal nuestros hijos no hace más que enturbiar nuestra relación con ellos, les hacemos sentir mal constantemente y obtenemos justo el efecto contrario que el que pretendemos. En cambio, cuando alabamos sus logros o reconocemos el esfuerzo o empeño que ponen en algo todo cambia. Parece que tengan más interés en hacer las cosas, se niegan menos a seguir las normas y el clima en casa mejora notablemente.
Educar en positivo es un objetivo que todo padre y madre debería tener en mente, si bien entiendo que el estrés y el cansancio, en muchas ocasiones, ponen en peligro la paciencia que necesitamos para llevar a cabo la difícil tarea de educar de este modo a nuestros hijos. No obstante, es preciso que tomemos conciencia de ello y que los padres nos esforcemos día a día para educar mejor a nuestros hijos.
Muchas gracias por explicarnos tan bien por qué es importante educar en positivo.
Saludos,
Sara Tarrés
Hola amiga. Saludos desde Venezuela! Me ha encantado este artículo pero no coincide con otros también publicados acá sobre el castigo. Incluso el del manejo de las rabietas. Tendería a confundir a quienes no estén muy claros en estos temas de crianza.
Yo practico la crianza respetuosa y la disciplina positiva, por eso aplaudo este post pero te digo que contrasta mucho con el de los tipos de castigos… y el consejo respecto a ignorar cuando se produce una rabieta.
Saludos!
Hola Nayarit,
Muchas gracias por tu comentario. No debemos posicionarnos en los extremos porque al final no funciona. Yo también creo y practico una crianza positiva e intento no usar los castigos pero pienso que si alguna vez debemos usarlos hay que saber cómo. Por eso he escrito un post sobre el buen uso del castigo. En la Escuela de padres siempre digo: os doy 5 cartas que son los 5 castigos que puedes usar a lo largo de toda la vida de tu hijo/a, úsalos con cabeza porque todavía te queda la adolescencia. Yo todavía tengo mis 5 cartas, pero eso no quiere decir que nunca las use. Tal vez algún día tenga que usar alguna y cuando lo haga lo haré bien, castigo educativo, congruente y sobre todo cumplido!!
En cuanto a las rabietas, el hecho de ignorarlas es porque son la expresión de una frustración grande y hay que esperar a que pase para poder consolar a nuestros hijos. Después de una rabieta debemos abrazar y consolar pero antes debemos dejar que pase. De hecho si intentas calmarlo antes de tiempo, muchas veces te encontrarás que te rechaza. Necesita un tiempo para dejar salir la rabia y la ira.
Bueno, espero haberte aclarado un poco las cosas. También creo que tienes razón y que puede llevar a confusión la temática de mis artículos pero desde la crianza positiva no debemos olvidar que las emociones negativas existen y deben ser expresadas y que los castigos a veces pueden ser necesarios y por lo tanto debemos saber usarlos.
Un abrazo desde España,
Mireia N
Hola, agradezco mucho la información que das…
Necesito ayuda, me siento como un hombre que pega a la mujer…. Le grito mucho a mi hijo…. Pierdo la cabeza… Tengo mucho agotamiento físico y mental…. Pero no justifica…. Me siento muy culpable… Siento que ya no tenemos arreglo… Ya tiene casi 9años…. El trauma se puede borrar si cambio y empiezo con tus consejos? Estoy a tiempo? Siento que es un niño infeliz por mi culpa…
La exigimos demasiado… Están bien educados… Pero el de 8 me agarro en la peor etapa…. Voy a empezar a intentar controlarme… Espero ESTAR A TIEMPO.
Gracias