La infidelidad es más frecuente de lo que nos imaginamos. ¿Cuántos de nosotros no la hemos sufrido alguna vez? ¿O hemos sido infieles, aunque fuéramos jóvenes e irresponsables?
Sea como sea todos, alguna vez en nuestra vida hemos vivido una infidelidad. Y no es plato de buen gusto. Años atrás parecía que era exclusivo de hombres, pero recientemente un estudio concluye que el 30% de las mujeres españolas dice haber sido infiel alguna vez en su vida (estudio elaborado por el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP).
En terapia de pareja encontramos con frecuencia personas que acuden para que les ayudemos a superar una infidelidad.
Hoy os quiero hablar de los tipos de infidelidades que nos podemos encontrar. Y es que INFIDELIDAD no solo hay una y por lo tanto hay que identificarlas bien antes de poder solucionarlas.
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Las podemos dividir en dos tipos:
LA PRIMARIA
Yo le llamo el Don Juan. Nace de una fuerte necesidad de seducir. Hay personas que viven relaciones de pareja cerradas (es decir donde la infidelidad no es aceptada y hay una exclusividad sexual y emocional) pero que son incapaces de dejar de seducir a otras personas. Tienen una fuerte necesidad de gustar y de tener relaciones sexuales fuera de su relación de pareja. Suelen arrepentirse cuando son descubiertos. Es decir, que más bien lo que quieren evitar son las consecuencias que pueda tener la infidelidad en su relación, pero no la infidelidad en sí. Mientras no son descubiertas, las infidelidades van sucediéndose.
Detrás de todo esto podemos encontrar personas con una personalidad Narcisista o histriónica. Por eso este tipo de infidelidad no es susceptible de tratarse en terapia de pareja. Es mejor hacerlo en una terapia individual siempre y cuando la persona infiel decida que ya no quiere seguir actuando así porque las consecuencias de su conducta le han hecho perder relaciones importantes en su vida y decida trabajar esa necesidad constante de seducir o de gustar a otros.
Las infidelidades suelen ser recurrentes y con diferentes personas.
LA SECUNDARIA
Este tipo de infidelidad puede aparecer en cualquier tipo de persona en un momento dado de su vida y por diferentes motivos. Pero no es recurrente como en el primer caso. Puede que esa persona solo cometa una infidelidad en su vida porque ciertas circunstancias le han llevado a hacerlo. Suelen sentirse arrepentidos y culpables ya por el mero hecho de haber sido infiel, sin necesidad de sufrir las consecuencias de sus actos.
Hay varios tipos, yo solo nombraré los más frecuentes y relevantes:
Accidentales:
Se suelen producir en un contexto distinto al habitual, como puede ser una cena de empresa, un viaje de trabajo,.. son situaciones que suponen un paréntesis de tu realidad. Suele haber un arrepentimiento casi inmediato. Normalmente estas infidelidades no se cuentan porque la persona cree que no es lo suficientemente importante como para hacer peligrar su relación y saben que no volverán a ver a la persona con la que han sido infieles. También puede pasar que se confiese y se perdone. Es frecuente que esta infidelidad pueda superarse sin acudir a terapia.
Si acuden a terapia de pareja, puede pasar que la pareja no lo sepa e incluso que no tenga nada que ver con el motivo de la crisis de pareja actual. Puede pasar que la persona que ha sido infiel prefiera no decirlo para no empeorar el proceso que están teniendo o porque no le dan importancia a aquel suceso. Hay que vigilar si algo así aparece en terapia porque puede empeorar mucho el pronóstico. Añadiendo un conflicto más que resolver a la crisis que ya traen. El terapeuta deberá valorar muy bien qué hacer con esta información.
Románticas:
Aparece un enamoramiento, un flechazo. La persona se siente arrastrada por lo que siente y no puede dejar de sentirlo. A veces pide un tiempo a su pareja actual para poder vivir esta nueva relación. Otras veces igual que sube-baja y no va más allá. O incluso puede que salga una nueva pareja de esta infidelidad. Es peligrosa y puede acabar con la relación.
No suelen llegar a terapia en el momento de la infidelidad, vienen pasados dos o tres meses cuando ven que solos no lo pueden superar. Hay culpa, reproches y sobre todo mucha desconfianza y celos del que tuvo el papel de “amante”. Las mentiras han entrado en la relación para quedarse. Primero las mentiras para poder verse con la otra persona y después vienen las mentiras cuando se les pregunta directamente por la infidelidad ¿Cuántos meses estuviste viéndole? ¿Dónde lo hicisteis? ¿Cuántas veces? Son solo algunas de las preguntas a las que se tendrán que enfrentar. En un intento de no hacer más daño del que ya ha causado, mentirá y así se entra en una espiral de mentiras y desconfianza del que es muy difícil salir.
Este tipo de infidelidad suele necesitar terapia de pareja para poderlo superar. Es complicado que puedan solucionarlo solos. Lo que más va a costar superar es la DESCONFIANZA. Cada vez que llega tarde o mira el móvil y lo deja boca abajo, todas esas cosas les harán sufrir. La confianza podríamos decir que es lo que más va a tardar en volver y lo más necesario de restaurar. Va a ser uno de los pilares del trabajo en la terapia de pareja.
Coyuntural.
Aparece en un contexto de crisis en la pareja. Hay una insatisfacción del tipo que sea en la relación, falta de comunicación, distancia emocional, crisis de ciclo vital, o de cualquier otro tipo que les lleva al final a una infidelidad. Pueden llevar años en esta crisis antes de que aparezca.
Aquí la infidelidad es un síntoma, es la FIEBRE, que te dice que hay algo en tu organismo que no va bien. Y así debe ser tratada en terapia de pareja como un síntoma y no como la causa.
Exactamente igual que la fiebre, la infidelidad tiene una función y es hacer REACCIONAR a esta pareja para bien o para mal. Puede conseguir unirla o acabarla de separar. Pero ha venido para no dejar que todo continúe igual.
Cuando llegan a terapia de pareja hay que trabajar mucho este concepto porque si se quedan echándole la culpa a la infidelidad de su mala relación no avanzarán. La infidelidad es solo el resultado de su crisis no es su crisis.
Si se trabaja bien y los dos desean apostarlo todo por su relación, a pesar de la infidelidad, el resultado suele ser una segunda luna de miel.
La coyuntural es mucho más difícil de trabajar cuando además se le une la romántica, es decir, que la persona que ha sido infiel se enamora del “amante”. Aquí de nuevo puede pasar que el resultado sea una pareja nueva.
¿EN LAS RELACIONES ABIERTAS EXISTE LA INFIDELIDAD?
Cada vez hay más parejas que deciden tener una relación abierta para poder disfrutar de otras relaciones sin poner en peligro su amor. Puede ser una solución a la monotonía o a la necesidad de tener experiencias nuevas y distintas.
Pero no es oro todo lo que reluce, porque estas parejas van a tener que definir muy bien qué está permitido y qué no. No vale todo. Muchos vetan una relación sentimental con otra persona, excluyen relaciones que impliquen algo más que sexo y muchas veces no permiten que se relacionen más de una vez con la misma persona. De alguna manera, protegen su relación como algo más especial y emocional, dejando para las otras relaciones significados más sexuales y de seducción.
En las relaciones abiertas no se producen infidelidades porque las dos personas consienten la relación con otros.
¿O tal vez sí? Tal vez cuando alguno de los dos rompa las reglas, puede ser visto como una infidelidad. Porque, en el fondo, una infidelidad no es más que una transgresión de una norma, es un ataque directo a la confianza que depositas en la otra persona. Por eso son tan difíciles de superar. Porque volver a confiar en alguien que te ha sido infiel y que por lo tanto te ha mentido y engañado para hacerlo, es lo más complicado. LAS MENTIRAS a veces duelen más que la propia INFIDELIDAD.
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