Centro de Psicología y Logopedia Santa Coloma de Gramenet
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¿El mal humor es parte de tu vida? No permitas que te impida ser feliz.
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¿Por qué hay temporadas en las que el mal humor forma parte de nuestro día a día? ¿Os ha sucedido que de repente os ponéis de mal humor y no entendéis por qué? ¿Somos conscientes que tan seguido nos ponemos de mal humor y cuánto nos dura? Los cambios de humor pueden ser una fuente de malestar que afectan a todos los aspectos de nuestra vida, facilitan la aparición de discusiones, estamos más distraídos, y por supuesto, son algo desagradable.
¿Cuáles son las razones por las que nos ponemos de mal humor?
Cuando nos frustramos porque no logramos aquello que queremos: si tenemos baja tolerancia a la frustración, ya que somos de aquellas personas que todo lo queremos de inmediato o no estamos acostumbrados a enfrentarnos a consecuencias negativas, la mínima frustración nos pone de muy mal humor. Además, muchas veces somos conscientes de aquello que queremos lograr, y sabemos cómo y porque no lo conseguimos, pero otras veces, nuestro mal humor no parece tener una razón justificada. En un pasado éramos conscientes de algo que queríamos, pero después de un tiempo se convirtió en algo inconsciente, lo cual aparece sin premeditación.
La irritación o incluso el enojo no expresado, causado por estrés, relaciones sociales, expectativas no cumplidas…
El pesimismo: muchas veces nuestro pensamiento es muy negativo, tendemos a ver el aspecto negativo de las cosas y por lo tanto a ponernos de mal humor. Sobretodo tendemos a tener un pensamiento más cínico y pesimista cuando sufrimos de estrés. Nuestra conducta se convierte en rabietas ya que lo interpretamos todo de un modo negativo.
Exceso de egocentrismo: aquellas personas que viven centradas en ellas mismas y que no aceptan opiniones o puntos de vista diferentes al suyo, están irremediablemente condenados a un mal humor continuo. Les cuesta mucho ser altruistas y ceder ante los demás, y por lo tanto el yo interior, siempre está en discusión con el mundo que le rodea.
El hábito: las personas que normalmente están de mal humor, no suelen tener motivos reales para permanecer durante tanto tiempo conviviendo con esa irritación, si prestamos atención a lo que les pasa, todo les molesta. Les molesta tanto estar solos como acompañados, se quejan de sus problemas constantemente, pero no hacen nada para resolverlos ni aceptan la ayuda de los demás, se presentan hacia los demás como personas intolerantes e inconformes que se pasan todo el día quejándose de algo. Esta forma de vida y de ver el mundo se ha hecho un hábito que no les permite ser felices.
Falta de sueño: el no dormir lo suficiente tiene una importante influencia en cómo pensamos y cómo nos sentimos, ya que nuestro cerebro no tiene tiempo de recuperarse del todo, y eso hace que deba de enfrentarse a las tareas del día a día con unos recursos limitados. El resultado pues es que tendemos a pensar peor y tenemos dificultades en gestionar bien nuestra atención. Además esto hace que nos frustremos y nos sintamos mal, lo cual facilita que nos pongamos de mal humor con rapidez.
¿Qué puedes hacer?
El primer paso que hemos de dar para poder gestionarlo, es reconocer si nos ponemos de mal humor con frecuencia, parar y pensar en todas aquellas situaciones que nos alteran y el porqué. Muchos de nosotros no nos damos cuenta de ello, hasta que alguna persona nos hace algún comentario al respecto, pero es importante observarnos más a nosotros mismo y rectificar.
Si detectamos que el mal humor es debido al estrés, es muy importante darse el tiempo suficiente para hacer las cosas y así, evitar el estrés innecesario.
Por otro lado, cuando intentamos lograr una meta y no lo conseguimos, es importante analizar la situación detenidamente y aprender de lo sucedido. Hemos de verlo como una oportunidad de aprender y poder mejorar, ya que no es posible tener éxito en todo lo que nos planteamos. De igual importancia es no comparar tus logros o fracasos con los de los demás.
Cuando estamos de mal humor, funciona recordar alguna anécdota agradable o divertida. Será imposible estar enfadado a la vez que riendo al recordar ese momento.
Es importante cuando nos sentimos irritados, tomarnos unos minutos para relajarnos. Cierra los ojos, pon la espalda recta e intenta hacer varias respiraciones lentas y profundas. Imagínate que cada vez que tu cuerpo se llena de aire, se llena de bienestar y cada vez que lo expulsas, expulsas todo tu mal humor.
Cuando estamos de mal humor porque alguna persona ha hecho algo que no nos ha gustado, lo mejor que podemos hacer es hablarlo con ella. De nada nos sirve enfadarnos e irritarnos, ya que eso no va a solucionar las cosas a la larga. Es importante hacerlo en el momento, lugar y forma correcta.
¿Tiene algún efecto positivo el mal humor?
Desde luego, que si el mal humor lo gestionamos debidamente para que dure lo menos posible, siempre nos proporcionará beneficios aceptables. Según Tal Ben Shahar, profesor en la Universidad de Harvard, el mal humor actúa como una especie de válvula con la cual aliviamos la presión, a la que en ocasiones, estamos sometidos.
Si yo me bloqueo y me quedo permanentemente envuelto de mal humor, jamás lograré avanzar o asumir los problemas. Pero si me enfado, asumo mi rabia, mi mal humor, para luego buscar algo de alivio y aclarar las ideas, seguramente acabaré gestionando de forma correcta dicha situación.
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