Centro de Psicología y Logopedia Santa Coloma de Gramenet
Usted está aquí: Inicio/Blog/ ¿Las rabietas pueden ser positivas? ¿Podemos enseñar inteligencia emocional a través de ellas?
¿Las rabietas pueden ser positivas? ¿Podemos enseñar inteligencia emocional a través de ellas?
Por
¿Cuántas veces nuestros hijos se enfadan y empiezan a tirarse por el suelo, chillan y patalean?, ¿en cuántas situaciones nos hemos sentido atrapados sin saber qué hacer?, ¿tiene algo de positivo pasar por este mal rato?
Las rabietas normalmente se convierten en una pesadilla para los padres, que aunque las asumen como algo propio de la edad que terminará pasando con el tiempo, no son capaces de ver su lado positivo.
¿Por qué los niños tienen rabietas?
Las rabietas son una explosión de emociones, muy intensas, que se expresan a través del llanto, pataletas, chillidos… ya que, la mayoría de veces, no saben expresarlo de otra forma. Normalmente asociamos las rabietas a los niños más pequeños, pero los adolescentes e incluso los adultos, pueden estallar en forma de rabieta si no saben expresar o gestionar las emociones que sienten.
Las rabietas en los niños tal y como hemos comentado, están acompañadas de llantos, gritos, pataletas… en definitiva una gran cantidad de ira mal canalizada. Estos estallidos tan intensos hacen que los padres no sepan muy bien que hacer para tranquilizar la situación y hablar las cosas con tranquilidad. Es muy importante que empaticemos con nuestro hijo y pensemos en que, al igual que nosotros, él también necesita expresar lo que siente, el problema está en que no sabe cómo hacerlo. Necesita sentirse comprendido y saber que nosotros podemos ayudarle en todo lo que le ocurre. Necesita que le enseñemo nuevas formas de canalizar sus sentimientos y emociones.
¿Qué aportan de positivo las rabietas?
Ayudan a liberar el estrés y la tensión acumulada. Cuando nuestro hijo llora y patalea le sirve como válvula de escape para liberar el exceso de hormonas del estrés.
Le enseñan cómo hacer las cosas de otra forma. Una de las principales razones de las rabietas en los niños es la frustración. Cuando alguna cosa no sale tal y como ellos querían se enfadan y empieza la rabieta, pero una vez ya se han tranquilizado, pueden retomar lo que estaban haciendo y lograr su propósito. Las rabietas sirven para desconectar el patrón de comportamiento que conducía al fracaso y permite actuar al niño de una forma diferente, mucho más eficaz.
Permite que aprendan las negativas y las normas. Las rabietas son oportunidades de aprendizaje. Cuando un niño recibe un no por respuesta intenta muchas veces cruzar el límite para ponernos a prueba. Las rabietas son una oportunidad para que aprendan que existen unas normas y límites que se han de cumplir. De esta forma también desarrollan la tolerancia a la frustración.
Enseñan a reaccionar de formar equilibrada y tranquila. Cuando nuestro hijo coge una rabieta, hablarle en ese momento no nos sirve para nada. Su cerebro desconecta de nuestras explicaciones y las emociones toman el mando. Lo mejor que podemos hacer es sentarnos a su lado y esperar a que se tranquilice. Cuando nuestro hijo observa nuestra actitud serena y tranquila a la hora de resolver conflictos, le ayuda a calmarse y a la vez le enseñamos nuevas formas de reaccionar ante las dificultades.
Creamos vínculos afectivos más fuertes. Las rabietas no son algo agradable para ninguna de las partes. Sin embargo, si ayudamos a nuestro hijo a gestionar y canalizar todas sus emociones negativas, también estamos construyendo un vínculo afectivo más profundo con él, ya que sentirá que con nosotros tiene una seguridad y apoyo, cuando el resto del mundo parece ir mal.
“La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.”
Ayudan a desarrollar la inteligencia emocional. Muchas veces las rabietas son el resultado de no saber expresar y gestionar con palabras lo que nos ocurre. Cuando nuestro hijo se siente frustrado, enfadado o desilusionado lo expresa de forma física. Sin embargo cada rabieta que vive, le puede servir para madurar y desarrollar su inteligencia emocional. Es muy importante que tras la rabieta se hable de lo sucedido, y le ayudemos a detectar las primeras señales emocionales que nos advierten de que la rabieta está por llegar. Todos los niños pequeños tienen rabietas, y estas determinan la inteligencia emocional dependiendo de cómo los padres las enfoquen y trabajen sobre ellas.
A modo de resumen, es importante tener en cuenta los siguientes puntos cuando un niño tiene una rabieta, para sacar de esta la parte positiva:
Hacerle entender que no siempre se tiene lo que se quiere.
Ponerle normas y ser clara con ellas, no las rompas.
Explicarle dónde están los límites.
Hablarle en voz calmada, sin gritos y de forma segura.
Estar a su lado y no decirle que se calle con un grito, permite que exprese su emoción.
Esperar a que deje de llorar para poder hablar con tu hijo pero no te alejes mientras se va calmando.
Si tiene la rabieta en un lugar público actúa de igual manera, con calma. Llévale a un lugar apartado donde pueda tranquilizarse y desahogarse, hasta que puedas hablar con él.
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
Deja una respuesta