Es común crecer con la idea de tener que estar motivados para conseguir lo que queremos, para mejorar en la vida, para alcanzar nuestras metas… pero, ¿Qué es la motivación?
La motivación es un estado interno, impulsor, que se activa por necesidades corporales, estímulos ambientales y/o pensamientos y recuerdos, que nos impulsan para realizar actividades y persistir hasta alcanzar la consecución de esa actividad, meta o logro.
Hay diferentes tipos de motivación, en este post nos centraremos en:
- La motivación extrínseca: son las motivaciones ajenas a nosotros. Normalmente las más importantes son: la mejora social, mejores relaciones, mejoras económicas, integración en el grupo…
- La motivación intrínseca: son las motivaciones que se encuentran en nuestro interior. Realizamos tareas por la mera satisfacción personal, para lograr autodeterminación. Las hacemos por responsabilidad, por el interés de saber, por superación personal, porque nos llena el tiempo… Es la motivación que cada uno de nosotros mismos podemos controlar. No depende de nadie externo.
La motivación intrínseca se traduce en la motivación hacia uno mismo. En la automotivación. En superarnos a nosotros mismos después de conocernos y aceptarnos.
La motivación personal pasa por diferentes fases. Primeramente creamos o nace una ilusión. Le damos forma, le ponemos fecha de caducidad y la convertimos en meta. Así nos anticipamos a pensar que nos vamos a sentir bien con aquello que queremos conseguir. Seguidamente, nos activamos física y mentalmente para ponernos a trabajar en dicho objetivo. Nos ponemos a trabajar en él y vamos observando y analizando si estamos haciendo bien y si lo que realizamos nos satisface como pensábamos o no. Finalmente, analizaremos lo que hemos conseguido y sacaremos nuestras propias conclusiones.
En los tiempos que nos ha tocado vivir, con la reducción de posibilidades de ocio y con un entorno más hostil, es importante estar motivados en las tareas que realizamos o en los objetivos que nos proponemos.
¿Cómo podemos mantenernos automotivados?
- Tener claros nuestros objetivos: Lo primero y más importante es tener claro nuestros objetivos. Analizar lo que queremos y siempre siendo realistas, saber si lo podemos lograr o no. Una pista…si quieres evitar que nada más empezar la motivación empiece a disminuir, es importante que el objetivo venga precedido de un quiero y no de un tengo que o debo de, ya que de esta manera convertimos una ilusión en una obligación.
- Esforzarnos en conseguir esa meta: Utilizar toda nuestra energía, pensamientos y recursos para llegar a ese objetivo.
- No procrastinar: Nuestro tiempo es valioso así que no podemos perderlo sin hacer nada o pensando en otras cosas. “Después lo haré”, ese es el lema del procrastinador. Tenemos un objetivo y debemos actuar para llegar a él. Por eso es importante que la meta sea realista.
- Personas que nos apoyen: es importante ser positivo y más importante a veces es rodearnos de un buen ambiente, de gente que nos entienda y nos apoye en nuestro objetivo. Nuestros amigos, familias o nuestras parejas son las personas indicadas para rodearnos de positividad y buen ambiente.
- Valorar lo conseguido: Da igual que hayamos alcanzado nuestro objetivo o estemos a medio camino. Siempre debemos valorar lo que hemos hecho o lo que hemos conseguido. Recordemos que nos hemos esforzado y hemos invertido tiempo y esfuerzo para conseguir nuestra meta.
Cuidar de estar motivados e ilusionados por conseguir algo, desde un trabajo nuevo o aprender a bailar. Estar constantemente aprendiendo cosas nuevas hace que estemos más satisfechos con nosotros mismos y por lo tanto, más felices.
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