Ya sabéis que cada verano me propongo una meta y es que cuando tengo tiempo libre me pongo filosófica. El año pasado le tocó el turno al desapego y este año le ha tocado a la felicidad.
Es un tema del que he evitado escribir durante mucho tiempo porque pienso que está demasiado
escrito. Todo el mundo ha hablado de la felicidad (Einstein, Gandhi, Paulo Coelho, Pablo Neruda,
Benjamin Franklin, Aristóteles, Gabriel García Márquez…)
Escritores, filósofos, actores, genios, presidentes y un largo etcétera de personalidades de nuestro planeta han hablado de ella. De ahí que yo pensara….¿que más puedo aportar yo? y la respuesta la he visto clara, puedo enseñar a la gente a ser feliz, es lo que hago cada día en mi consulta!
Y para ello no puedo dejar de citar dos de las frases que más me gustan sobre la felicidad:
“ La felicidad no es algo que venga hecho, es algo que construyes con tus acciones” Dalai Lama
“Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo serás” Erich Fromm
¿Cómo defino yo la felicidad?
Pienso que la felicidad es una actitud, que se puede aprender y entrenar. Que no depende de mi entorno, ni de lo que tengo o de lo que me pasa, que depende más de cómo gestiono yo todo eso.
Además la felicidad es individual, cada uno posee el secreto de su propia felicidad, no a todos nos hace feliz lo mismo. No reside en obtener cosas o cosechar éxitos, es decir, no es la meta lo que me hace feliz, es el camino. Cuando haces una gincana el premio no es la bolsa de chuches, son las pruebas que pasas, lo divertido está mucho antes del premio.
La felicidad es un estado de bienestar psicológico, una sensación de sentirse bien con uno mismo y con lo que tiene, sin importar lo que falta o lo que tiene el otro. Es llenarse de momentos agradables y saberlos disfrutar, sean breves o largos, requieran un esfuerzo o no. Es un estado de satisfacción plena conmigo y con mi vida.
Si buscas felicidad en el diccionario te saldrá algo parecido a esto: “Estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno.”
APRENDIENDO A SER FELIZ
1. CONÓCETE
Quién eres y qué te gusta hacer. Es fácil, que te hace sentir que SI y que te hace sentir que NO. Nacemos con esta capacidad aunque luego se nos olvide. Desde que nacemos ya sabemos qué nos gusta (el contacto con los padres, mamar,…) y qué no (un pañal mojado, un grito alto,..)
Debemos volver a escuchar lo que nuestro cuerpo nos dice, para acercarme cada vez más a lo que me hace sentir bien y alejarme de lo que me hace sentir mal.
Qué actividades me gustan, puedo hacer un listado desde lo más sencillo a lo más complicado:
- Tomar café por la mañana
- Hacer un descanso en el trabajo y salir a dar una vuelta
- Leer
- Ir en bici
- Tocar un instrumento….
La lista puede ser larga o corta, no importa. Pero al menos dos de estas actividades deberían estar en tu vida cada día.
Rodéate de lo que te gusta y aléjate de lo que te hace sentir mal. Es así de fácil.
2. CUÍDATE
Dedica tiempo a ti mismo. Necesitamos tener una pequeña parcela para hacer aquellas cosas que nos hacen sentir bien. Cuidar de los demás está muy bien, pero cuidar tanto a los demás que no me quede tiempo de cuidar de mi mismo no está tan bien y acabará pasándome factura.
El bienestar personal, como su propio nombre indica, es personal e intransferible. Mi cuidado solo depende de mi. No esperes que los demás vengan a hacer lo que es tu responsabilidad. Si quieres ir al gimnasio, ves y apúntate, no esperes que tu pareja te diga: “podrías apuntarte al gimnasio, yo ya cuidaré de los niños mientras tu vas ”. No es responsabilidad de tu pareja hacer que tu cuides de ti, ni de tus padres o amigos, es la tuya.
3. VALORA LO QUE TIENES
Nos pasamos la vida pendientes de lo que nos falta. Está bien tener objetivos, pero vivir solo pensando en lo próximo que debemos conseguir, agota.
Hay una cosa que está clara, siempre habrá algo que me falte. Si tengo pareja probablemente me faltará libertad, si tengo hijos me faltará tiempo, intimidad, libertad…si estoy solo/a me faltará compañía. Si te fijas para tener algo, debe necesariamente faltarme algo. Aquí está la gran trampa, si mi cabeza solo está pendiente de lo que me falta, me voy a convertir en el eterno insatisfecho. No caigas en la trampa!! Enseña a tu mente a pensar en lo que ya tiene, a disfrutarlo.
Recuerda: “Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo serás”
¿Qué podemos hacer?
Entrenar nuestra mente: agradece cada noche por tres cosas que tienes en tu vida, pero tienen que ser tres cosas diferentes cada día, de manera que llegue un momento que se te acaben las ideas y empieces a dar las gracias por cosas tan sencillas como poder andar, o tener los dos brazos, o por desayunar. Yo cada vez que salgo a hacer ejercicio al aire libre, hago un agradecimiento, respiro hondo y pienso “qué suerte tengo de estar aquí en este momento”.
Somos muy afortunados de tener lo que tenemos, la pena es que no lo sabemos ver.
Cada vez que pilles a tu cabeza lamentándose por algo que no tiene, mándala callar y nómbrale las cosas que sí tiene.
4. NO TE COMPARES
Si quieres ser infeliz, sigue comparándote siempre con el que más tiene. ¿Verdad que nunca te comparas con el que tiene menos que tu?
Es una de las mayores pérdidas de tiempo que conozco. Las personas no somos comparables las unas a las otras, es como comparar una cebolla y un tomate, se parecen en que las dos son hortalizas.
Somos únicos y todos tenemos puntos débiles y puntos fuertes. No puedo ser bueno en todo pero lo soy en muchas cosas y no puedo gustarle a todo el mundo igual que a mí tampoco me gustan todos!!
Deja de fijarte en los demás y centra tus energías en ti, en potenciar tus puntos fuertes y en mejorar tus puntos débiles y luego si quieres compara lo que eras y lo que eres, lo que sabías hacer hace 10 años y lo que sabes hacer ahora. Esta comparación es más realista.
Vive pendiente de ti y no del resto del mundo.
5. NO TE JUZGUES
Qué losa tenía! Siempre sintiendo que estaba bajo la mirada atenta de alguien, siempre esperando la sentencia. Yo he sido mi peor juez. Hasta que un día decidí dejar de juzgarme y me sentí mucho más ligera. De nuevo la gran frase, la que más me ayudó: NO PUEDES GUSTARLE A TODO EL MUNDO. Habrá quién te juzgará muy bien y habrá quién no. Aprende a vivir con eso, aprende a vivir gustándote a ti mismo.
Deja de tener la necesidad de alardear de las cosas, como si todo el mundo tuviera que ver lo bien que haces esto o la cantidad de cosas que tienes. Se vive mucho más tranquilo sin estar siempre subido a un escenario dónde todo el mundo te ve y te juzga.
Pero dejar de juzgarse no es fácil porque viene de nuestro ego, ese que nos dice que tenemos que ser perfectos y cosechar éxitos. Ese que se alimenta de la vanidad y que nunca se sacia.
Ni tengo que ser perfecto, ni tengo que tener éxito, simplemente tengo que disfrutar de lo que hago y poner toda la carne en el asador, lo demás viene luego.
6. ABANDONA LA QUEJA
Cada vez que me quejo de algo le recuerdo a mi cerebro lo mal que estoy por eso. Por ejemplo cada vez que digo: “uuff qué calor que hace” le estoy recordando a mi cerebro la temperatura que hace y aumento la sensación de calor. Es así, con la queja aumento mi sufrimiento. Por eso dejar de quejarse es un ejercicio que deberíamos hacer todos. En nuestro post explico cómo hacerlo. Los beneficios de abandonar la queja son claros, por un lado aumentan la sensación de felicidad porque uno deja de focalizarse solo en lo malo y por otro lado te hace darte cuenta de los “amigos” que viven en constante queja y que te hacen infeliz.
7. ESTO TAMBIÉN PASARÁ
Hay un cuento budista que explica muy bien esto. Un rey le pide a un sabio su paz interior a cambio de cualquier riqueza y él le regala un anillo con una inscripción con la frase que le aportará esa paz.
Os dejo un video con el cuento para que lo veáis.
Al final todo es transitorio en la vida, todo está de paso, nada perdura inmóvil. Unas cosas vienen y otras se van y yo debo aprender a aceptar todo esto sin aferrarme a las cosas ni a las personas, sabiendo que todo pasará, tanto lo bueno como lo malo, nada perdura para siempre. Para profundizar en este punto puedes leer el post del desapego
Cuando pases un mal momento en tu vida recuerda: esto también pasará. Pero cuando estés pasando por uno bueno piensa: esto también pasará. El primero te servirá para relativizar el dolor, el segundo para no aferrarte a las cosas.
CONCLUSIONES
Puedo aprender a ser feliz y además solo depende de mí. No depende de lo que tengo o de quién me rodea, solo de mí. Así que voy a empezar a hacerme responsable de mi felicidad desde hoy.
A nadie le sorprende si le digo que para tener un cuerpo sano hay que comer de manera equilibrada y hacer ejercicio físico aunque sea suave, ¿verdad? Y además que hay que hacerlo toda la vida, no vale con hacerlo un mes y después inflarse a pizza!
Pues para tener una mente sana y sentir ese bienestar que da la felicidad también toca trabajar:
Primero saber qué te gusta y tomar conciencia, después rodearte de eso y cuidarte, sin compararte, ni juzgarte, dejando de quejarte por lo malo que te pasa y pensando: esto también pasará.
La verdad estoy de acuerdo con este flok y gracias .lo malo de.estos sistemas que se cortan pero es parte del sistema también muchas gracias gracias gracias