Aunque sabía de sobras la respuesta, Silvia bajó la cabeza cuando el profesor de Física le preguntó en clase. Cuando tiene que preguntar o responder en medio de clase se sonroja, tartamudea e incluso se queda en blanco. Lo único que teme es hacer el ridículo y que todos los demás se rían de ella. En Educación Física le ha ocurrido algo similar: se siente tan observada que muchas veces ha experimentado síntomas de ansiedad que la han llevado a desmayarse. Ella es consciente de que el miedo que tiene es excesivo pero no puede controlarlo. Se inventa las mil excusas para no ir a clase y no pasar por esta angustia.
La mayoría de estudios epidemiológicos sitúan la edad de inicio de la fobia social en la adolescencia, siendo muy elevada entre los 14-16 años. Se calcula que la fobia social se produce en un 1 por ciento de niños y adolescentes. Por ello es importante detectar aquellas señales en las que vemos que el adolescente padece esta fobia. Por ellos hemos elaborado una guía para descubrir síntomas relacionados con la Fobia Social.
Definimos Fobia Social como un miedo duradero a una o más situaciones sociales en las que la persona se expone, o cree exponerse, a ser observada por las demás personas, experimentando de forma automática un patrón de respuestas de ansiedad que interfiere significativamente en la actividad social y conlleva un sufrimiento intenso.
El niño o adolescente con este tipo de fobia tiene un miedo desproporcionado a ser juzgado o evaluado en situaciones con personas no familiares. Esto le lleva a temer y a evitar la relación con iguales y personas desconocidas, mientras que con las personas familiares hay deseo de contacto e implicación.
Este miedo le afecta en tres sentidos:
- A nivel cognitivo: Sus pensamientos son relacionados a la posibilidad de hacer o decir algo que le haga parecer torpe o tonto y que haga el ridículo ante los demás. Normalmente acostumbra a anticipar lo que va a ocurrir con consecuencias catastróficas. Por ejemplo: “todos se van a reír porque me he puesto rojo”; “Van a notar que no lo sé”; “Van a ver que estoy tartamudeando”,..
- A nivel psicofiosiológico: se les seca la boca, sudoración, sensación de ahogo, sudoración excesiva, dificultades para tragar, temblor,…
- A nivel motor: Tiende a evitar las situaciones sociales que teme (deja de ir al colegio, de salir con los amigos sobre todo en grupos, deja de ir a fútbol, deja de asistir a baile,..). cuando no puede escapar de dichas situaciones sus conductas son defensivas. Por ejemplo, eludir la mirada de su interlocutor cuando éste habla, buscar lugares estratégicos en las que pase desapercibido, hablar lo mínimo, etc.
Entornos sociales temidos:
Los entornos sociales que temen los adolescentes con fobia social serían: dar una charla en clase, presentarse a concursos, ser preguntado en clase, tocar un instrumento en clase de música, comer en el bar o comedor con los demás, llamar a un compañero para preguntar por los deberes o dudas, en el patio con grandes e incluso pequeños grupos, pedir al profesor ayuda o aclaraciones, trabajar en un proyecto en grupo, hablar a las personas de autoridad, incluidos los amigos de los padres, contestar al teléfono; asistir a fiestas, bailes, deportes; situaciones que requieren asertividad como decirle a alguien que no hable tan fuerte o que deje de gastar bromas o que deje de copiar sus deberes; iniciar conversaciones con los demás adolescentes sobre todo del sexo opuesto; pedir comida en un restaurante,..
Diferencias entre timidez y fobia social:
Habitualmente la fobia social se confunde con la timidez, pero no son lo mismo. Las personas que son tímidas pueden sentirse incómodas cuando están con otras personas o tienen que hablar delante de los demás; pero éstas no experimentan la extrema ansiedad al anticipar una situación social y no necesariamente evitan circunstancias que las hagan sentirse cohibidas. En cambio, las personas con fobia social no tienen porque ser tímidas. Pueden sentirse totalmente cómodas con otras personas la mayoría de las veces, pero en situaciones concretas, como exponer o caminar en un pasillo con otras personas, pueden sentir una intensa ansiedad. Un punto a destacar sería que la fobia social interfiere de forma muy significativa en la vida del adolescente.
Las personas tímidas pueden ponerse rojos o temblar ante situaciones como la de exponer, pero se sobrepone y lo hace; además, a medida que va realizando la exposición, se va sintiendo más seguro y sus síntomas de ansiedad se han minimizado o, sencillamente, extinguido. Sin embargo, el joven con fobia social intenta evitar hacer la situación “poniéndose malo” o pedirle a otro compañero que le haga su parte; y si lo tiene que hacer experimenta los síntomas que hemos mencionado en líneas anteriores (a nivel cognitivo, psicofiosiológico y motor) con una intensa ansiedad presentando incluso una gran crisis de angustia situacional. Como observamos, esto incapacita al adolescente, en cambio al tímido le puede incomodar pero no lo bloquea.
Criterios diagnósticos del DSM-IV:
A continuación nombraremos los criterios que ha de cumplir el adolescente para diagnosticar la existencia de un trastorno de fobia social. Dicha fobia está dentro de los trastornos de ansiedad.
- Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que sea humillante o embarazoso. En cuanto a los niños, es necesario haber demostrado que sus capacidades para relacionarse socialmente con sus familiares son normales y han existido siempre, y que la ansiedad social aparece en las reuniones con individuos de su misma edad y no sólo en cualquier relación con un adulto.
- La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con la situación. En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros berrinches, inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no pertenecen al marco familiar.
- El individuo reconoce que este temor es excesivo o irracional; en los niños puede faltar este reconocimiento.
- Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o bien se experimenta con ansiedad o malestar intensos.
- Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa o el malestar que aparece en la(s) situación(es) en público temida(s) interfieren acusadamente con la rutina normal del individuo, con sus relaciones laborarles (o académicas) o sociales, o bien producen un malestar clínicamente significativo.
- En los individuos menores de 18 años la duración del cuadro sintomático debe prolongarse como mínimo 6 meses.
- Las respuestas de miedo o de evitación no han de deberse a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej. drogas o fármacos) o de una enfermedad médica, y no han de poder explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como, por ejemplo, el trastorno de angustia con o sin agorafobia, el trastorno de ansiedad por separación, el trastorno dismórfico corporal, el trastorno generalizado del desarrollo o el trastorno esquizoide de la personalidad.
- Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito en el primer criterio (A) no ha de estar relacionado con estos procesos. Así, por ejemplo, el miedo no ha de ser debido al tartamudeo, a los temblores de la enfermedad de Parkinson o a la exhibición de conductas alimentarias anormales en la anorexia o en la bulimia nerviosa.
Generalizada: si los temores hacen referencia a la mayoría de las situaciones sociales (considerar también el diagnóstico adicional de trastorno de la personalidad por evitación).
Síntomas o trastornos asociados:
En cuanto a los síntomas y trastornos asociados, uno de los graves problemas de la fobia social es el alto índice de comorbilidad que presenta con otros trastornos. Esto es importante ya que si hay presencia de comorbilidad esto aumenta la gravedad de la sintomatología y causa un mayor deterioro incrementando la tasa de suicidios de estas personas.
Los trastornos comórbidos más habituales son: otros trastornos de ansiedad (los más frecuentes son los asociados a la fobia social son la agorafobia y la fobia específica; y el menos frecuente es el trastorno obsesivo-compulsivo), trastornos del estado de ánimo y abuso de sustancias; déficits de habilidades sociales, baja autoestima, dificultad para ser asertivo y sentimientos de inferioridad.
Muchas veces se puede pensar que, en vez de estar ante un trastorno de fobia social, estamos ante un trastorno del estado de ánimo, de depresión mayor o distimia, ya que en la fobia social hay un elevado grado de interferencia en las relaciones personales y dificulta la relación con otras personas.
Muchos estudios han señalado la relación existente entre el consumo de sustancias y la fobia social. De hecho, en la práctica clínica es frecuente oír comentar a algunas personas aquejadas de este trastorno que para “ayudar” a superar su timidez o sus dificultades cuando tienen que estar con otras personas, se toman “algunas copas”, ansiolítico o sustancia tóxica (marihuana, cocaína, etc.) para desinhibirse y mostrarse más sociales.
Otro problema asociado a la fobia social es la baja autoestima. En cambio, fobia social y autoestima no tienen que estar necesariamente ligados. Es verdad que los adolescentes con fobia social experimentan con frecuencia sentimientos de inferioridad, aunque muchas veces están referidos exclusivamente al área de la competencia social (cómo me relaciono con los demás) y no a otros dominios, como el rendimiento académico, el funcionamiento como miembro de una familia, el rendimiento de las tareas cotidianas o en sentimiento de valía personal.
Tratamiento de la Fobia Social:
Cuando hay sospecha de Fobia Social, es recomendable la exploración a partir de un especialista el cual realizará una exhaustiva evaluación del sujeto. Después de dicho proceso, se llevará a cabo el tratamiento del adolescente.
Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico de la fobia social son los basados en procedimientos cognitivos-conductuales. Esto quiere decir que se trabaja en dos niveles básicos:
- Aspecto Cognitivo: Se trabajan los pensamientos que tienen las personas acerca de las situaciones que les producen ansiedad o miedo y cómo se enfrentan a ellas.
- Aspecto Conductual: El comportamiento que llevan a cabo, lo que hacen y lo que no en estas situaciones
Técnicas utilizadas:
A continuación nombraremos las técnicas que se usan en la Fobia Social:
- Psicoeducación: Consiste en la presentación de las líneas generales de la terapia y en la explicación de los conceptos fundamentales que el adolescente con fobia social y sus familiares necesitan conocer para la puesta en marcha de los distintos componentes.
- Entrenamiento en Relajación: técnica comúnmente usada en el tratamiento de los trastornos de ansiedad donde consiste en entrenar en los pacientes para controlar el nivel de activación fisiológica asociada a la respuesta de ansiedad. Hay varios tipos de relajación; la más aplicada es la relajación muscular progresiva de Jacobson:
- El método se basa en ir tensando y relajando las distintas partes del cuerpo de forma voluntaria. Al principio el experto debe indicar qué hacer y qué tipo de sensaciones han de fijarse. Se ha de adoptar una postura cómoda y reducir los estímulos que puedan molestar o distraer; por último los ojos han de estar cerrados para una mejor concentración. Esta es la tabla de ejercicios que hay que hacer cuando tensamos y relajamos:
En orden | Grupos musculares | Ejercicios de tensión y distensión |
1º | Mano y antebrazo dominantes | Apretar (8-10 segundos) y relajar el puño dominante |
2º | Brazo dominante | Apretar (8-10 segundos) y relajar codo dominante contra brazo sillón |
3º | Mano y antebrazo no dominantes | Apretar (8-10 segundos) y relajar el puño no dominante |
4º | Brazo no dominante | Apretar (8-10 segundos) y relajar el codo no dominante contra el brazo del sillón |
5º | Frente | Levantar las cejas (8-10 segundos) y relajarlas |
6º | Ojos y nariz | Apretar los párpados y arrugar la nariz (8-10 segundos) y relajarlos |
7º | Boca | Apretar los dientes, los labios y la lengua contra el paladar (8-10 segundos) y relajarlos |
8º | Cuello | Empujar la barbilla contra el pecho y evitar que lo toque (8-10 segundos) y relajarla |
9º | Hombros, pecho y espalda | Echar los hombros hacia arriba intentando que se toquen los omóplatos (8-10 segundos) y relajarlos |
10º | Estómago | Encoger el estómago como preparándose para recibir un golpe en él (8-10 segundos) y relajarlo |
11º | Muslo dominante | Apretar el muslo dominante contra el sillón (8-10 segundos) y relajarlo |
12º | Pierna dominante | Doblar dedos pie dominante hacia arriba (8-10 segundos) y relajarlos |
13º | Pie dominante | Doblar los dedos del pie dominante hacia adentro y curvar el pie (8-10 segundos) y relajarlos |
14º | Muslo no dominante | Apretar muslo no dominante contra sillón (8-10 segundos) y relajarlo |
15º | Pierna no dominante | Doblar los dedos del pie no dominante hacia arriba (8-10 segundos) y relajarlos |
16º | Pie no dominante | Doblar los dedos del pie no dominante hacia adentro para curvar el pie (8-10 segundos) y relajarlos |
- Exposición: Esta técnica constituye uno de los componentes esenciales en el tratamiento de la fobia social. Consiste en exponerse sistemática y gradualmente a las situaciones temidas hasta conseguir afrontarlas con niveles de ansiedad tolerables. La exposición se puede llevar a cabo en las situaciones reales, o simulando las situaciones mediante técnicas de juegos de rol o ensayos de conducta, es decir, representaciones que hacen las personas donde realizan ensayos de algunas de las sesiones que les producen miedo y que tienden a evitar. También es posible llevar a cabo la exposición en la imaginación.Son muchos los trabajos que prueban que esta técnica es muy eficaz para el tratamiento de la fobia social; sin embargo, parece que el mantenimiento de los logros terapéuticos puede beneficiarse de las técnicas cognitivas.
- Reestructuración cognitiva: Consiste en la identificación y modificación de aquellos pensamientos que mantienen la fobia social. El terapeuta identifica, desafía y combate los pensamientos “erróneos” acerca de la situación social concreta de cada persona. Encontrar modos alternativos de pensar acerca de lo que nos ocurre conduce a sentimientos menos perturbadores y nos permite afrontar mejor estas situaciones.
- Entrenamiento de Habilidades Sociales: Normalmente las personas que sufren de fobia social tienen una carencia en sus habilidades sociales. Aunque no todos tienen un déficit de dichas habilidades.
- Prevención de recaídas: En este punto repasamos lo que se ha aprendido en las sesiones y se evalúa el éxito de ellas.
El IAFS (Intervención en Adolescentes con fobia social) es uno de los programas multicomponentes utilizados en el tratamiento de la fobia social. Consta de 12 sesiones de tratamiento en grupo, de 90 minutos de duración por sesión y periocidad semanal. Los componentes del programa son 4: Psicoeducación, Entrenamiento de las Habilidades Sociales, Exposición y reestructuración Cognitiva. El IAFS incluye tareas para casa con el fin de consolidar y generalizar contenidos.
Tratamiento Farmacológico:
Los efectos de los tratamientos farmacológicos en la fobia social han sido estudiados casi de modo exclusivo con población adulta; ahora bien, teniendo en cuenta que para el modelo biomédico lo importante es que la cantidad de la dosis administrada resulte eficaz, y no tanto que se trate de niños, adolescentes o adultos (así que el peso sería la variable más relevante) cabe decir que los tratamientos farmacológicos más eficaces en el tratamiento de Fobia Social son los IMAOS y los ISRS. Sin embargo, los elevados efectos secundarios que con lleva la administración de los IMAO y la posibilidad de una crisis hipertensa impide la administración de este fármaco sin un seguimiento muy estricto.
Podemos concluir que esta guía puede ayudar a los padres y profesionales de los adolescentes a detectar posibles síntomas que den lugar a una fobia social, y así, derivarlos a un profesional que les pueda asesorar sobre el trastorno de fobia social.
Me han gustado mucho los artículos, son muy interesantes. Me gustaría saber sobre TDHGracias.
muy interesante la publicación. soy psicologo. tengo un caso en tratamiento.
Buenas recomendaciones tengo una hija adolescente que me parese que tiene fobia social
Una pregunta, ¿de que población se saco el 1% al principio del artículo?