“La paciencia es agria, pero tiene una fruta dulce (Proverbio afgano)”
La paciencia es la capacidad de soportar algo sin alterarse (tal y como expresa el DRAE), tesoro que muchos padres desearían poseer. La paciencia es un valor importante que nos puede ayudar a desenvolvernos en la vida y a afrontar distintas situaciones de forma exitosa. Uno de los motivos de consulta que recibimos es cómo ganar en paciencia para que puedan gestionar mejor las situaciones conflictivas y disfrutar más de sus hijos. Y, es más, cómo enseñarles a ellos a ser más pacientes.
Antes de todo, los padres debemos recordar que nuestros hijos son pequeños, no son adultos, y esto hace que no tengan prisa para hacer las cosas, su sentido del tiempo es diferente al nuestro, son curiosos y lo toquen todo, quieran jugar constantemente, necesitan mucha más atención que nosotros, no necesitan hacer muchas cosas, simplemente hacerlas a su ritmo y con nuestra atención.
A continuación, aportaremos algunas estrategias para enseñarles a ser más pacientes:
- Dar ejemplo. Recordemos que los niños son expertos imitadores nuestros, con lo cual, si nosotros les transmitimos nuestra serenidad, haremos que ellos lo estén. Por otro lado, si perdemos la paciencia es recomendable pedir disculpas por dos ya que también somos humanos.
- Introducir pequeñas esperas. Ya de pequeños, debemos enseñarles a que deben esperar. Por ejemplo, a la hora de darles el postre, hacer cola en el supermercado, esperar a abrir los regalos de su cumpleaños, etc.
- Utilizar la metáfora. Como a los niños les encantan los animales, podemos enseñarles algunos que, para sobrevivir tienen que tener esta habilidad muy desarrollada. Por ejemplo, la araña necesita tener mucha paciencia para tejer una tela, las hormigas llevan la comida en el hormiguero gracias a que trabajan en equipo y de manera muy ordenada; o el tigre para cazar a su presa debe acercarse sigilosamente y con lentitud. Si no lo hicieran así, estos animales morirían de hambre.
- Dialogar y razonar con el niño las decisiones, y explicarle cuándo y por qué debemos esperar en determinadas situaciones, por ejemplo, cuando vamos médico. Si la espera es muy larga, es aconsejable llevar juegos, libros o dibujos para colorear que le sirvan para entretenerse.
- Cumplir con nuestras promesas. Si les hemos prometido que jugaríamos al playmobil con ellos después de la cena o que haríamos un puzzle después de los deberes, debemos cumplirlo.
- Enseñarle a que no interrumpa en una conversación. Es importante que aprenda a esperar cuando otras personas están hablando. Si insisten se les ha de ignorar (al menos 2 minutos) para que aprendan que no se les puede atender siempre que quieran y así incrementamos su tiempo de espera.
- Explicar porque hay que esperar. Mediante ejemplos cuotidianos podemos enseñarles a que cuando se tiene paciencia las cosas salen mejor. Por ejemplo, podemos mostrarles que cuando hacemos un sándwich con tranquilidad queda más elaborado que con prisa.
- Encargarles una planta. Un buen ejercicio es sembrar una planta y mostrarle que el crecimiento de la misma tiene su proceso y que es necesario esperar. Se pueden ir juntos a regar la planta para ir observando la evolución. Con ello les ayudaremos a cultivar su paciencia.
- Realizar actividades o juegos que fomenten la paciencia, como los puzzles, adivinanzas, cocinar, etc.
- Utilizar cuentos, historias o películas que hablen sobre esta habilidad. Os facilitamos un link donde podréis encontrar algunos cuentos para trabajar la paciencia: https://cuentosparadormir.com/valores/cuentos-de-paciencia
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