Todos hemos oído frases como: “el amor es ciego”, “en las cosas del amor no se manda”, “El amor llega cuando llega”… y en ellas hay una parte de razón, muchas veces no decidimos ni cuándo nos enamoramos ni de quién. Pero solo el amor no es suficiente para elegir a una pareja, aunque sí es necesario. Necesitamos algo más, no debemos olvidar que estamos escogiendo a alguien que probablemente pasará el resto de su vida con nosotros o al menos un largo período de tiempo y compartiremos los momentos más importantes de nuestra vida.
Pero la mayoría de veces, esto no nos lo planteamos, nos dejamos llevar por los sentimientos sin más. Como le pasó a María, que conoció a Luis en plena adolescencia y aunque al principio no le hacía mucho caso, después de la intensa insistencia de él, dejó a su pareja e iniciaron una larga relación. Al principio él se mostraba muy desconfiado y ella creía que debía demostrarle su amor para que él estuviera más tranquilo. Pensó, al final, confiará. Pero el tiempo iba pasando y ella dejó de ponerse faldas cortas, de salir a cenar en Navidad con los de su empresa, de maquillarse…y todo seguía igual. La desconfianza y los celos eran una constante en su relación. Ella se acostumbró a vivir así, al fin y al cabo tampoco era tan importante ponerse una falda o un pantalón y las cenas de Navidad eran un rollo. Los años pasaron y ella soñaba con su boda, soñaba que se lo pediría de rodillas o en París. Pero la realidad fue bastante distinta, él nunca había sido detallista y ella se conformó con una petición de mano muy normalita. En el viaje de novios ya pensó por primera vez en el divorcio, pero la inercia o el amor le hizo seguir. El deseo de ser madre le llegó fuerte y por sorpresa, pero él no quería ni oír hablar de tener un hijo. Ella esperó paciente y pensó: “seguro que cambiará”. A los 5 años se quedó embarazada y aunque fue consensuado pronto se sintió sola y desbordada. Cuando su bebé tenía 3 meses se divorció.
Esta historia podría ser la nuestra. Visto así, era un divorcio anunciado pero no siempre se ve tan claro, sobre todo cuando eres tú el protagonista de la historia.
Los 9 errores más comunes que cometemos a la hora de elegir pareja
1. Creer que con el amor es suficiente
2. Ya te cambiaré
La elección de una pareja es algo muy especial, es elegir a alguien por encima del resto porque es especial para ti. Pero si lo eliges pensando: “ya lo cambiaré” estás cometiendo un grave error. Primero porque no es el elegido, en el sentido más potente de la palabra y segundo porque no lo vas a cambiar.
3. Seré tu salvador
Empezar una relación con alguien para ser su maestro o su salvador. Haré que dejes de salir de fiesta y beber, te alejaré de las drogas o te llevaré por la buena vida. Nadie debe salvar a nadie en una relación amorosa.
4. Dejarse llevar por el deseo de ser padre o madre
A veces la urgencia por formar una familia y tener hijos esconde un deseo incontrolable de ser padre o madre. Yo he llegado a oír frases como: “yo tengo un hijo con él y luego si nos divorciamos no pasa nada, al menos ya soy madre”. No deberíamos nunca involucrarnos en una relación solo con el deseo de ser padres.
5. Ni contigo ni sin ti
6. Fingir lo que no eres cuando estás con tu pareja
Cuando sientes que si te muestras tal y como eres, a tu pareja no le vas a gustar. ¿Cuánto tiempo vas a aguantar fingiendo? Estar con alguien que te hace sentir así no es muy saludable y peligra tu autoestima. Puedes verte envuelto en una relación tóxica sin darte ni cuenta.
7. Creer que aunque los proyectos de vida no sean iguales ya se cambiarán
Cuando el otro no cree en el matrimonio o en tener hijos y tu sí. Lo sabes pero piensas: “Ya le haré cambiar” o “eso lo piensa ahora pero ya madurará”. Si los proyectos esenciales de vida no coinciden, los problemas llegarán.
8. Olvidar que lo que empieza mal, termina mal
9. Ser adicto a vivir en pareja
Si te has visto envuelto en relaciones tóxicas más de una vez o no has sido capaz de acabar con una relación tormentosa y tienes miedo a la soledad, tal vez le estás dando demasiado valor a vivir en pareja. Para ser feliz con alguien, antes debes ser capaz de ser feliz tú solo. El miedo a acabar la vida solos arrastra a muchas personas a relaciones tormentosas una y otra vez a lo largo de su historia.
Es muy importante saber las cosas en que podríamos fallar para tratar de no realizarlo o poner mas atención en eso puntos