A lo largo de nuestras vidas sufrimos pérdidas de varios tipos. Ya sea por la muerte de un ser querido, un divorcio, la pérdida de una mascota, pérdida de amigos/compañeros de clase por un cambio de ciudad o bien, un cambio de casa. Para afrontar y conseguir superarlo tenemos que pasar por un proceso de duelo y así liberarnos del pasado para enfocar nuestra energía en el presente y poder continuar con nuestra vida dando pasos hacia adelante. El duelo deja salir las emociones ligadas al vínculo que se terminó.
El proceso de duelo del que hablamos está basado en la teoría del apego de J. Bowlby. Según el modelo de este autor, el duelo pasa por unas fases. De todos modos tenemos que aclarar que estas fases no tienen porque ocurrir en este orden, sino que se pueden dar de forma desordenada.
Fase de Negación
La persona niega que hubiera ocurrido el acontecimiento y se pueden escuchar expresiones como: “no me lo puedo creer”, “esto no es real”, etc. Las personas tardamos un tiempo en aceptar que la relación se terminó para siempre, y más si el vínculo es muy fuerte.
Fase de Racionalización
Aquí la persona intenta buscar una explicación coherente para sí mismo de “por qué” la relación se acaba o “por qué” alguien se ha muerto. La racionalización es un elemento habitual que tenemos las personas ya que nos da seguridad al entender el porqué se han ido. Por ejemplo, para alguien creyente, es normal que hayan expresiones como: “Dios se lo llevó y está bien”.
Fase de Protesta
Aquí es donde aparece la RABIA. Aparecen sentimientos de enfado hacia la otra persona, protestar por lo que el otro hizo no estuvo bien. Aquí aparece mucha frustración.
Fase de Tristeza
Fase del Miedo
¿Qué va a ser de mí sin esa relación? Como todos los cambios, siempre hay un MIEDO detrás. No sabemos a lo que nos vamos a enfrentar cuando somos conscientes de que esa relación cesó.
Aquí es importante que haya una protección afectiva que acompañe al miedo de esa persona; ya sean familiares, amigos o el mismo terapeuta que ayuda de canalizar esta emoción.
Fase de Aceptación Emocional
Aquí el sujeto consigue tanto a nivel cognitivo como emocional que se dé cuenta que la relación se ha acabado y se pueda “despedir” de él/ella. Ayuda mucho escribir una carta de despedida dejando expresar sus sentimientos en ella.
Fase del Perdón
A veces hay momentos de sufrimiento en la relación y que tenemos acumulados como algo que no hemos podido olvidar. Para pasar página es importante que podamos perdonarlo y no dejarlo como una deuda pendiente. Si esto ocurre lo único que pasaría es que estaríamos todavía enganchados en la relación. Si soldamos la deuda, estamos libres para poder evolucionar.
Fase de Gratitud
En este punto debemos proponer a la persona que recuerde todos aquellos buenos momentos que tuvo con esa relación así agradecer lo que ha aprendido de ella y, algunas veces, invitarles a que imaginen un regalo que simbolice su gratitud hacia ellos.
Fase de los nuevos Apegos
Es aquí donde podemos decidir en qué relación o relaciones vamos a ocupar la energía que estábamos destinando a aquella que terminó.
El duelo en los niños
La reacción típica de los adultos cuando el niño ha de enfrentarse a una pérdida es que “los niños no se enteran”, “ellos no lo viven de la misma manera”, “esto no es adecuado para él/ella”. Pero esto es totalmente falso. El niño debe pasar por el mismo procedimiento si se quiere que éste supere la pérdida haciéndole que exprese sus sentimientos ante ella para ir superando fases y finalmente liberarse de su sufrimiento.
Edades:
El concepto de muerte se va adquiriendo alrededor de los 6-7 años. Los menores piensan que la muerte es algo provisional y reversible. Por ello es necesario ser pacientes y explicarles una y otra vez lo ocurrido y lo que significa la muerte.
En los adolescentes, aunque sean ya casi adultos, no acaban de tener una madurez emocional. Por eso necesitan mucho más apoyo afectivo para arrancar con el doloroso proceso de duelo.
¿Cómo damos la noticia?
Se la daremos con cuidado y protección, dejando que el niño lo vaya asimilando poco a poco, permitiéndole que exprese su emoción. Y si en aquel momento nosotros tenemos ganas de llorar, lo hagamos, ya que si compartimos con ellos la emoción es más fácil que lo expresen.
Cómo detectamos su sufrimiento:
- Cuando vemos síntomas de depresión, problemas para dormir, baja autoestima.
- Problemas de aprendizaje o indiferencia en las actividades extraescolares.
- Problemas en las relaciones familiares.
- Conductas disruptivas: peleas, insultos, etc. Aumento de los juegos violentos (jugar a pistolas, videojuegos, etc.). En los adolescentes podemos observar abuso de drogas y/o alcohol, relaciones sexuales de riesgo, comportamientos pasivos ante la vida, conductas agresivas hacia la familia y/o los demás, etc.
- Negación del dolor y evitación para hablar del tema.
Características en los niños:
En la fase de negación muchos niños/as parece que hayan entendido que alguien se ha ido (sobretodo en el caso de la muerte). Pero después de unos meses pueden preguntar “cuando volverá la persona”; y es aquí donde nos damos cuenta que el infante no lo ha superado. En la fase de protesta, los niños pueden expresar su rabia a través de juegos violentos, pesadillas, irritabilidad, etc. A menudo el niño mostrará su rabia hacia miembros de su familia ya que pueden culpar a algún miembro la pérdida del otro, o también esta rabia aparece porque detrás hay un miedo de perder a este miembro familiar. Aquí aunque duela hablarlo, debemos facilitarles a los niños con distintas herramientas (canalizar la rabia en un cojín, un dibujo, carta,..) que expresen sus emociones; necesitan sacarlo para fuera.
En la fase de racionalización es esencial que el niño sepa lo que es la muerte. Tendemos a que la muerte sea un tema tabú, y en realidad es un proceso natural que hemos de pasar las personas tarde o temprano; con lo cual, si ellos lo entienden de esta manera, ayudará a entender mejor la pérdida. Hay un sinfín de cuentos que facilitan comprender mejor la muerte.
La tristeza y el miedo aparecerán con frecuencia durante el desarrollo del duelo, y lo que el niño necesita es que estemos ahí protegiéndole y que no descalifiquemos su emoción.
La manera de expresar su tristeza no es como la de los adultos sino más bien observamos cambios de carácter, cambios frecuentes del humor, problemas de aprendizaje, alteraciones en la alimentación y el sueño, etc. Otras veces puedes mostrar falta de interés y motivación, desconexión, dejan de hablar, etc. Incluso a veces se quejan de no ser querido y muestran rechazo a los demás. O, por el contrario, buscan afectividad constantemente llegando a ser una dependencia.
En ocasiones expresan su dolor a través de los juegos, los cuales éstos son relacionados con jugar a morirse o a estar enfermo.
Es recomendable que les expresemos a los niños que nosotros tenemos miedo, rabia, tristeza cuando perdemos a un ser querido; así ellos pueden llegar a comprender qué es lo que les pasa si nosotros les explicamos nuestras experiencias reales.
Para la aceptación emocional, perdón y gratitud debemos hacer un “ritual de despedida” para que el niño cierre página con el ser querido. Por ejemplo, podemos decirle que hagan un dibujo de despedida a esa persona y “enviarlo” en cualquier forma, o bien una carta contándoles los buenos recuerdos que han pasado juntos. También podemos hacer un álbum o una caja para guardar las fotos, dibujos y recuerdos de esa relación.
Cada vez que un adulto supera un proceso de duelo, es capaz de volver a anclarse en el presente y avanzar en su vida. En los niñ@s sucede exactamente el mismo pero añadiendo que nosotros somos los responsables para que el duelo sea llevado de la forma más satisfactoria manera posible.
Si desea más información sobre el duelo en los niños póngase en contacto con nosotros.
Eugenia que generosa eres. Y que bonita y clara redacción. Gracias por tan bondadosa labor y por compartir.
Hola Isela,
Muchísimas gracias por tus palabras. Son temas delicados tanto para adultos como los más pequeños; por eso quería explicar de la manera más clara posible algo tan difícil de digerir
Gracias!
Hola Eugenia buenos días
Soy Sanderson, vivo en Madrid
Estaba leyendo su articulo y he visto mui interesante.
Estoy haciendo un curso de TANATOESTETICA y necesito hacer un trabajo investigativo con el tema DUELO EN LOS NIÑOS SU REPERCUSION SOCIAL, ¿ podría ayudarme o indicar donde puedo encontrar el mejor contenido para este asunto?
Tengo que hacer
. Introducción
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.Desarrollo
. Conclusiones
. Referencias bibliográficas (web, libros, etc)
GRACIAS