Hablar de inteligencia emocional es hablar obligatoriamente de Daniel Goleman. Él la ve como la clave para el éxito profesional y personal.
¿Por qué una persona inteligente y con capacidades para un determinado trabajo puede no tener el éxito esperado? La respuesta a esta pregunta, si la contestara Goleman, sería la inteligencia emocional. Es decir, que para el éxito profesional no es suficiente con ser inteligente y tener habilidades concretas, además debemos contar con esa inteligencia emocional que será la que marque la diferencia entre un trabajador estrella y uno más entre todos los trabajadores. Esta inteligencia no se mide con los tests de inteligencia al uso. Es la inteligencia de las emociones, cómo las gestiono y las manejo y cómo me relaciono con las emociones de los demás.
Pero, ¿qué es exactamente inteligencia emocional?
Es un conjunto de habilidades, entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Si bien una parte de estas habilidades pueden venir configuradas en nuestro equipaje genético, y otras tantas se moldean durante los primeros años de vida, la evidencia respaldada por abundantes investigaciones demuestra que las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida, si para ello se utilizan los métodos adecuados. O sea que todavía estás a tiempo.
El concepto de inteligencia emocional fue empleado por primera vez por los psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer en el año 1990, fue Goleman quien, gracias a su best-seller Inteligencia Emocional (1995) enlace de amazon por si estáis interesados, hizo famoso este constructor.
Para quién quiera profundizar más sobre el tema. Lo que yo voy a hacer en este artículo es mucho más práctico que teórico. Es lo que más me gusta hacer:
“acercar la psicología y la teoría a la vida cotidiana para poder aplicarla en nuestro día a día”
9 características de las personas con inteligencia emocional
Expresan sus sentimientos de forma clara
Conocen sus emociones y no las reprimen. Son capaces de sentirlas, identificarlas y expresarlas. Son auténticos y sinceros. No tienen miedo a mostrar lo que sienten. Por eso son claros con sus sentimientos.
Escuchan y analizan sus necesidades emocionales
Son personas que prestan atención a sus emociones, si son iguales o distintas o por qué siento esto frente a tal persona o tal situación. No se limitan a sentirlas sin más, las escuchan y las analizan. Cuando algo nos gusta, tendemos a estar más pendientes de eso. Y a las personas con inteligencia emocional les interesan las emociones.
Además escuchan sus necesidades, qué me motiva, qué necesito para sentirme bien…Es importante saber lo que necesito para moverme hacia allí.
Saben situarse bien entre el vaso medio lleno o medio vacío
Conocen bien la teoría del yin y el yang . Todo tiene su parte buena y su parte mala. Si centro mi atención sólo en la parte mala, el pesimismo me va a gobernar y si presto atención sólo a la parte buena el optimismo me va a cegar. Por eso pueden ver a la vez el vaso medio lleno y medio vacío.
Es por eso que procuran dirigir la atención centrándose en criterios de utilidad para ellos mismos, y no caen en la trampa de entrar en un bucle de optimismo o de pesimismo que atrape su manera de percibir las cosas. Dicho de otro modo, gobiernan su foco de atención para que este no les gobierne a ellos.
Analizan la viabilidad de sus proyectos y de sus sueños
No penséis que por hablar de emociones, hablamos sólo de dejarse llevar por lo que siento. Las personas con inteligencia emocional, saben razonar sobre lo que sienten y cuando tienen un proyecto no se lanzan sin más. Sopesan bien dónde ponen sus esfuerzos, las probabilidades de éxito, no les gusta trabajar en un marco irreal de posibilidades. Por eso no les pilla por sorpresa ni el éxito ni el fracaso.
Eso sí, escuchan sus sueños y de alguna manera siempre se dirigen hacia ellos.
Tienden a evitar pensar que los demás les quieren perjudicar
Cuando una persona de su entorno hace algo que les perjudica en algún sentido, no suelen pensar que la finalidad era precisamente perjudicarles, piensan más bien que ha sido un efecto colateral. No creen que los planes o las motivaciones de los demás pasen por perjudicarles a ellos, como si esto de por si fuese un objetivo buscado. Es por eso que raramente se toman los incidentes como algo personal. Esto les ayuda a no quedarse enquistados en un hecho, con pensamientos negativos sobre el mal que me quieren hacer los otros
Hacen autocrítica
La autocrítica es probablemente la mejor de las críticas porque te hace mejorar y aprender. Es muy importante aprender de los propios errores y es algo que parece que a veces nos cuesta. Las personas con inteligencia emocional tienen tendencia a la autocrítica. Analizan ciertas situaciones del pasado y saben qué han hecho mal y en qué deben mejorar. Esto les hace conocerse mejor y sobre todo mejorar.
Les gusta saber cómo son las otras personas
Se fijan en cómo expresan sus emociones y en cómo son, sobre todo en las personas de su entorno. No es algo que hagan forzado, es que les interesa y por eso muestran interés y atención. Esto les ayuda a relacionarse mejor con los demás.
Les gusta conocer gente nueva pero se rodean de personas con las que conectan
No pierden el tiempo intentando caerle bien a todo el mundo. Disfrutan conociendo gente nueva pero acaban rodeándose de las personas con las que sienten afinidad.
Conocer gente nueva les gusta porque ven otras maneras de ver el mundo y de expresar emociones y rodearse de gente con la que conectan les aporta bienestar. No quedarse enfrascado en una relación que no acaba de funcionar ahorra mucho tiempo y malestar.
Se automotivan con facilidad
Cuando algo les gusta, se emocionan y se enfrascan en aprender cosas sobre eso nuevo que han descubierto. Además no hay mejor manera de aprender que experimentar con qué resulta motivador y con qué no. Suelen tener varias motivaciones a la vez y las cambian de una manera flexible. Quedarse estancado en algo que me motivó mucho a los 20 años pero ya no me motiva, nos hace sentir nostalgia y pensar que ya no nos emocionamos como antes. Pero el problema no es que hayamos perdido la capacidad de motivarnos con algo, el problema es que seguimos buscando emoción en las mismas cosas.
Gracias por su ayuda