La autoestima es un componente que se desarrolla en los niños desde el “minuto 0”. Una autoestima sana es aquella que hará que nuestros hijos se sientan bien con ellos mismos y sean capaces de manejar mejor los conflictos y resistir a las personas/situaciones negativas. Nosotros como padres, somos los responsables de crear una alta autoestima en ellos.
Una variable fundamental a considerar es la actitud de los padres hacia sus hijos y, sobretodo como éstos lo perciben e interpretan. A continuación:
Recetas para generar un correcto desarrollo de la autoestima positiva
- Sé un modelo positivo. Si eres una persona dura contigo misma, negativa o con tendencia a la queja, acabarás reflejándole esto a tu hijo. Trata de transmitirle a tu hijo positividad y flexibilidad ante la vida.
- Evalúa de forma de real a tus hijos sin caer en el error de crear un modelo de hijo que nos gustaría tener. Imagina que te encanta escuchar música constantemente y además consideras que las personas que les gusta la música son poseen gran sensibilidad. Intentas inculcarle esto a tu hijo, pero ves que no le gusta nada escuchar música; ello no significa que no será un niño sensible. Tampoco sería correcto manifestar nuestro desencanto porque no les gusta y/o resaltar que nuestro sobrino le apasiona.
- Ayude a su hijo a participar en actividades constructivas y cooperativas en vez de fomentar la competitividad. Hay muchos juegos que proporcionan el desarrollo de estos dos conceptos.
- Somos conscientes que hoy en día la en muchas familias trabajan ambos cónyuges, y esto hace que se pasen menos horas con los hijos. Pero ello no significa que haya menos afecto ya que esto depende de cómo aprovechamos este tiempo a través de nuestra actitud e tipo de interacción que tenemos con ellos. Es mejor la calidad de afecto que demos que la cantidad de tiempo que disponemos.
- Mantén un estilo educativo correcto ya que es otro componente fundamental para generar autoestima positiva. Recordemos que hay 3 estilos educativos básicos: permisivo, autoritario y diplomático. Según los estudios, tanto el estilo permisivo como el autoritario ayudan a disminuir la autoestima de los más pequeños, en cambio está demostrado que estilo diplomático favorece el autoconcepto de ellos. Por ello, ambos padres deben adoptar este estilo de manera constante y consistente.
- Para enlazar la última receta, no compares a tu hijo con los demás. Éste es único y especial ya que posee una serie de características que lo hacen diferente a los demás. Hemos de dar a conocer sus características que le hacen ser como es él.
- Premia sus éxitos. Cuando nos referimos a éxito no nos estamos refiriendo a que saque un 10 o gane una medalla, sino a cualquier esfuerzo y avance por pequeño que sea. Esto es un triunfo para su hijo. Practícalo con frecuencia, seguro que encuentras muchas ocasiones para hacerlo y ten por seguro que todos estos comportamientos que has reforzado se darán en el futuro.
- Ayúdale a que su hijo se fije metas alcanzables. No permitas que éste se fije metas demasiado elevadas desde un primer momento que le resulten muy difíciles o imposibles de alcanzar. Es nuestra responsabilidad orientarles en las metas que pueda marcarse en función de sus capacidades y características personales.
- Escucha con atención. Es probable que en ocasiones, mientras tu hijo se dirige a nosotros para contarnos algo que le sucedió, nosotros estamos con nuestras tareas y no acabamos de prestar la atención que ellos requieren en ese momento. Detente y escúchalo; necesita saber que sus ideas u opiniones importan. Y si de emociones se trata, ponle nombre a lo que está sintiendo en ese momento: “Comprendo que te sientas triste porque Pablo no te ha pasado la pelota…”
- Dale a tu hijo responsabilidades. Los niños que tienen asignadas unas determinadas tareas en el hogar entienden que su trabajo es importante y necesario para que todo funcione bien, a su vez se sienten como partes integrante del grupo.
Si aplicamos estas recetas mencionadas anteriormente, podremos ayudar a un buen desarrollo de la autoestima positiva en niños.
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