La palabra egoísta siempre ha tenido muy mala fama y no entiendo porqué. La verdad es que cada vez es más evidente que debemos aprender a ser egoístas o al menos ser lo que yo entiendo que es el egoísmo, cuidar de ti.
Quién mejor que tú conoce tus necesidades, quién mejor que tu sabe lo que quiere en cada momento, lo que le hace sentir bien, lo que le llena o lo que le disgusta. Si yo sé lo que necesito y cuando lo necesito es inútil esperar a que alguien lo adivine y me lo proporcione, porque no va a pasar o al menos pasará en un 0.001% de las ocasiones.
Si quieres ampliar la información te dejamos nuestro video sobre el Egoísmo.
Y es que nos han educado para priorizar a los demás. Nos sentimos mejores personas si priorizamos la vida y las necesidades de los demás, pero esto es un arma de doble filo. Porque cuando vamos notando que nosotros quedamos en la cola y que nunca llega nuestro turno, empezamos a sentirnos mal y nos enfadamos con nosotros mismos porque no queríamos ir al cine y hemos ido, porque no queríamos quedar con esa persona que no nos escucha y hemos quedado, porque queríamos ir al gimnasio pero no hemos ido porque teníamos que hacer la compra.
¿Somos realmente egoístas cuando priorizamos aquello que nos va bien?
Para mi la respuesta es clara, NO, no somos egoístas, somos generosos con nosotros mismos que no es lo mismo. Claro que puedo hacer cosas por los demás, evidentemente y cuidar de los míos y a veces incluso priorizarlos, pero lo que no puedo es hacerlo a costa de mi bienestar personal porque mi bienestar personal como su propio nombre indica es PERSONAL y por lo tanto es mi responsabilidad. Yo soy la responsable de darme aquello que necesito.
Y es que el mundo sería mucho más fácil si todos cuidáramos de nosotros mismos igual que cuidamos de los demás. Porque entonces nadie sería responsable de la felicidad de nadie, solo de la propia. Ni exigiríamos a los demás que cubrieran nuestras necesidades, porque ya las tendríamos cubiertas.
¿Y cómo aprendo a ser egoísta si nadie me ha enseñado?
- Aprende a escucharte para saber qué es bueno para ti: Que es lo que te sienta bien, lo que te llena. Todos nacemos con esa capacidad de saber lo que nos hace bien y lo que nos hace mal. Solo hay que escucharnos, el cuerpo enseguida te lo dice.
- Cubre tus necesidades: Cuando sabes lo que es bueno para ti, te haces una mejor idea de qué necesidades tienes. Y cuando las cubres te sientes bien y dejas de culpar a los demás porque nadie mira por ti. Ya te ocupas tú de eso.
- Prioriza: Tu tiempo no es ilimitado. Así que tendrás que priorizar, no puedes llegar a todo, es importante que lo entiendas. Si empiezas por ocuparte de las obligaciones y después de los tengo que y después de las necesidades de los otros, es muy probable que no te quede tiempo para ti. Invierte la lista: primero mis necesidades más importantes (no todas, solo las imprescindibles), después las obligaciones (no todas, solo las imprescindibles) y por último las necesidades de los míos (no todas, solo las imprescindibles). Así con un poco de suerte llegarás a todo o al menos a lo más importante.
- Pasa a la acción: Si ya sabes lo que necesitas, lo que te sienta bien y lo que se te indigesta, ahora te toca pasar a la acción. Para eso tendrás que ser constante. Primero empieza por proveerte de lo que necesitas (ir más al gimnasio, tener tiempo para tomar un café con algún amigo y leer) y luego sigue poniendo límites a los demás: “hoy no me apetece ir al cine”. Aprende a decir NO cuando quieres decir no.
- Busca siempre el equilibrio: No se trata de volverte el ser más egoísta de la tierra. Entre 0 y 100 hay 99 números. Solo se trata de organizarte mejor para poder cubrir primero tus necesidades más importantes, lo que te nutre, lo que te llena y lo que te hace ser tu. Y después ocuparte de los tuyos, pero con tu vaso lleno de gasolina. Solo si yo estoy bien puedo dar cosas buenas. Solo si yo me cuido puedo cuidar bien de ti.
- Sé constante: No siempre va a ser fácil. Estamos muy programados para hacer justo lo contrario y la culpa siempre está esperando detrás de la puerta para poder entrar. “Eres una egoísta”, “podrías estar acabando el proyecto del trabajo en vez de plegar a tu hora e irte al gimnasio”, “el rato que has estado tomando algo lo podrías haber invertido en comprar la cartulina de tu hijo que la necesita”, etc…. Recuerda que como no vas a tener tiempo para todo porque nuestras vidas están demasiado llenas, siempre tendrás que elegir y priorizar. Y para eso la premisa debe ser primero tú, cubre tus necesidades más importantes, después los tuyos y por último los tengo que.
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